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Despojo de censuras… Sexo en la adolescencia: tradición o moda

By: Psic. Liz Gómez

Todos los seres humanos nacemos como personas sexuadas, así somos desde que nacemos hasta que morimos, lo que implica tener la capacidad de disfrutar y sentir placer sin culpa, sin vergüenza y con un alto ejercicio de la responsabilidad. Todo lo anterior a su vez otorga un cúmulo de derechos sexuales que en la actualidad se lucha para hacerlos valer, muchas veces no por la prohibición de instituciones, sino por la limitante de personas con pensamientos poco accesibles.

La realidad es que históricamente el inicio de la vida sexual ha sido desde los 14 a 18 años de edad aproximadamente, tanto en hombres como en mujeres, lo que ha cambiado y que impacta en la actualidad es que se inicia sin tener ningún compromiso o matrimonio de por medio, ahora la gente tiene relaciones sexuales pero sin la obligación de contraer matrimonio. Antes las personas se casaban a los 15 años y por supuesto que en su mayoría lograban llegar con el culto de “virginidad” hasta el matrimonio, asumiendo a su vez la premisa de “eres el primero/a y último/a en mi vida” situación que era un margen de estatus, de pose y de mandato social, pero que sin duda pone en evidencia que la vida sexual iniciaba en la adolescencia, situación que hoy en día sigue pasando, pero visto desde otra perspectiva. Con ello no pretendo aclarar que este bien o mal, sino simplemente contextualizar algo que se asume como moda en la actualidad.

En estas fechas las personas van por la vida lanzando comentarios sobre el impacto que existe sobre los embarazos en los adolescentes, de que se casan muy jóvenes y que los divorcios están en oferta, pero eso siempre ha existido, a excepción de los divorcios. Antes el primer embarazo surgía a temprana edad y las familias eran tremendamente extensas; no se dan cuenta que lo que realmente impacta es la falta de compromiso desarrollado a través del tiempo, el embarazo ahora, se da sin que algunos padres de familia hagan verdaderamente responsable al hijo/a adolescente, sino que por el contrario, asume la llegada de un nieto que se convierte al final del día como otro hijo, situación inaceptable en épocas anteriores.

La falta de compromiso históricamente en algunos varones se da desde que la mujer tuvo que salir a apoyar en las guerras, ya esa fuerza no fue típica de los hombres, la sumisión se tuvo que dejar de lado a causa de la supervivencia, de ahí el compromiso de la mujer por ser quien tenía que estar siempre linda y lista para el ataque de la coquetería también comienza a desaparecer, no sé diga la fiesta de los XV años iniciada con esa intención, dar a conocer a la hija ante la sociedad, la cual desde ese momento está lista para la vida en pareja y familiar. Estos escenarios actualmente cambian por contextos donde se hace presente la lucha de poderes y autoridades, por saber quién tiene la razón, generando relaciones amorosas basadas en relámpagos, digo, no es en todos los casos, pero muchos de ellos son vistos con mayor regularidad en el consultorio.

La sociedad actualmente pasa por una ruptura de los estándares que marcan las tradiciones, los jóvenes y adolescentes están creando los propios basándose en los proyectos de interés personal, dado que están en primer lugar de su jerarquía de necesidades, el de la pareja casi ha desaparecido por esa “falta” de compromiso y el familiar se borra cada vez más en las nuevas generaciones.

Se debe trabajar como sociedad en la cultura de la información hacia los adolescentes sobre la aceptación del cuerpo, sus respectivos cambios, aprender a conocerlo y respetarlo, hablar acerca de identidad y orientación sexual, promover las decisiones basadas en la asertividad y prevención de riesgos, cultivar una educación basada en valores, donde el miedo no impere como mecanismo de educación, pues este es la principal causa de inadecuadas decisiones, es sí informar a los adolescentes pero no solo de la manera responsable de ejercer su sexualidad, sino de la conciencia que se debe tener sobre las consecuencias que conlleva, ayudando como padres o tutores a que se hagan valer y se cumplan evitando totalmente la sobreprotección. Es de suma importancia comprender que la vida sexual siempre ha sido desde edades tempranas, pero que la cultura y tradiciones se han ido modificando para bien o para mal, situación inaceptable por varias generaciones de antaño, y es de entenderse, lo desconocido da miedo y siempre invitará a salir de la zona de confort.

Aquí lo importante es no satanizar el compromiso como un acto de obligación, sino como un acto de amor propio, que implica que la persona se conozca y pueda elegir de forma correcta las decisiones sobre su vida sexual y amorosa, es comprender que compromiso es querer estar bien consigo mismo y con el otro siendo completamente consciente de ello, solo así se entenderá la verdadera responsabilidad que conlleva el iniciar una vida sexual a cualquier edad y la adaptación a los cambios sociales.

Nos vemos pronto con más palabras democráticas para el placer y la conciencia.

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