Cuentan que… encuestas patito
By: Juriath Cervantes
QUE EL RIDÍCULO DE LA SEMANA FUE PARA LA ENCUESTADORA ARIAS CONSULTORES, que difundió a nivel nacional un supuesto estudio de opinión que nos retrataba cómo están parados los gobernadores en los 32 estados del país.
El ejercicio se antojaba interesante, atractivo, audaz, hasta que conocimos la metodología aplicada y que resultó, por decir lo menos, ¡de risa!
Mientras consorcios serios en la materia toman como base una muestra de al menos mil 500 viviendas distribuidas en una porción territorial específica, en este caso de una entidad federativa, y a partir de ahí levantan entrevista de campo casa por casa con el apoyo de un ejército de brigadistas, Arias Consultores decidió aplicar las entrevistas desde algún cómodo sillón, haciendo “click” en el ratón y utilizando la red social de Facebook.
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QUE ARIAS CONSULTORES LEVANTÓ LA TREMENDA MUESTRA DE 218.3 ENCUESTAS POR ESTADO, para definir la tendencia de millones de habitantes sobre el actuar de sus gobernantes. ¡Así no, pues! Sean serios, caray.
La consultora no tuvo empacho en decir que, mientras a sus competidores este tipo de ejercicios pueden significarles importantes sumas económicas para obtener un resultado más calibrado, ésta solamente gastó $7,886 pesos, algo así como $246 por estado de la República. ¡Vaya inversión!
Con ese rigor metodológico, la encuestadora aseguró que su margen de error –ojo, Parametrias, Mitofsky y demás-, es de más/menos 2% que ya quisieran sus competidores. No, bueeeno. Y luego por qué pierden credibilidad.
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QUE EL PROCESO ELECTORAL Y LA VIDA NACIONAL EXIGEN DE MEDICIONES SERIAS EN TODOS LOS ÁMBITOS, pues de tener diagnósticos precisos se parte para la toma de decisiones en una sociedad, en una empresa, en un gobierno o en un partido político, por citar algunos ejemplos.
Un ciudadano toma mejores decisiones si le retratan con toda fidelidad, por ejemplo, qué servicio de transporte público es más seguro y eficiente, o qué escuelas tienen el mejor nivel educativo, plan académico e instalaciones. Lo mismo pasa en todos los demás campos.
Y en el político no es la excepción. Por eso, flaco favor le hacen a la democracia la difusión de encuestas con un procedimiento metodológico tan endeble y frágil como el que pretendió medir quién es quién en los gobiernos estatales. Repito: el ejercicio se antojaba interesante, atractivo, audaz… ¡lástima!
