STAFF/@michangoonga
Todo transcurre de forma habitual en Espacio las Américas, en Morelia, cuando de manera imprevista un grupo de alrededor 10 personas entran con mazos en las manos, suben por las escaleras del estacionamiento ubicado en la parte trasera de la plaza y comienzan a golpear las ventanas de la Joyería Mallor.
Si bien, no es la primera vez que asaltan esta joyería (es la tercera ocasión), ahora no son personas fuertemente armadas, son «hombres vestidos de manera similar a los guardias de seguridad» que portan a la vista grandes mazos.
Apenas se cuenta con tiempo para reaccionar. Tanto empleados como visitantes se refugian en las tiendas de Sears, Liverpool, o la que se encuentre más cerca, o se agachan para evitar que las astillas de los vidrios puedan herirlos.
Según una fuente anónima, tanto en la salida al estacionamiento como en las inmediaciones de la joyería, el personal de seguridad se encontraba ausente. Fue uno de ellos que al percatarse del robo gritó a sus compañeros «¡Corran!», para que acudieran a apoyarlo, pero la gente (ya asustada) al oír el grito, corrió tomando a sus hijos y pertenencias, llena de pánico.
Por más de cinco minutos en toda la plaza se podían oír los mazazos rompiendo los cristales (y que algunos tomaron como «balazos») . Finalmente la seguridad arribó (tarde) al lugar, cuando los ladrones ya se habían ido con el botín.
Pese a todo, mientras unos huían asustados, otros estaban más preocupados por sus negocios que dejaban solos, con la mercancía y dinero al alcance de la rapiña. En medio del caos el dueño de una zapatería (Korvas) gritó a su empleada por dejar el local, aunque era instrucción de parte de la seguridad del lugar. Evidentemente la empleada abogó por su seguridad, y los dimes y diretes entre ellos no se hicieron esperar.
En tanto algunos visitantes se encontraban también molestos, porque no les permitían ir por la entrada trasera del estacionamiento por sus vehículos, teniendo que rodear toda la plaza. De igual manera se encontraban las personas que se dirigían al cine y que fueron atrasados para poder ingresar.
Sin embargo, entre tanto caos y pánico algunas personas le dieron el lado chusco a este feo momento. Como las señoras que tras 5 minutos del asalto y pese a la ausencia de personal, ya estaban haciendo fila «por su crepa». Incluso cuando todos comenzaron a correr una señora huyó para luego regresar a reclamar al empleado porque no le preparó la crepa como había pedido.
O las mujeres que fueron a hacer cambio o aclaraciones a la tienda Zara, y estaban harto preocupadas porque el día de mañana «ya no les harían válida la promoción» y la preguntaban a los policías «¿o usted cree que si les digo del asalto me ayuden mañana?».
Y finalmente el señor que antes de entrar en pánico, se quedó a disfrutar de su café y su lectura, el cual más tarde se volvió meme.
No hay duda de que así es «Méjico Majico» y aunque el mundo se desmorone y asalten todos los días, intentaremos vivir con el buen humor «o ¿qué hay de otra?».
