A favor // By @peladosanchez
Por Marcelo Adrián Sanchez
Estoy a favor de besarnos fuerte antes de partir. A favor de disfrutar del ocio sin culpa, de terminar las conversaciones con un hasta mañana, de guardar el ego en una caja y librarnos del hedonismo.
A favor. Estoy a favor de las borracheras acompañadas de canciones tristes. A favor de la felicidad que se construye con amor, dolor, esperanza, olvido, memoria, fuego y agua. A favor de atravesar la tristeza y el dolor, de tener la valentía de empezar de nuevo, una y otra vez, de extrañar tanto que el viaje tenga horizontes hacia ambos lados y de abandonarse al ánimo de amar. Estoy a favor de las notas pegadas en la heladera, de mi vieja regando las plantas, de las calles en bajada, de los tendederos que giran con el viento y de dibujar en los vidrios empañados.
A favor. Estoy a favor de la producción de alimentos sólo en manos del Estado, a favor de la salud pública como única salud, de sanar de una buena vez las venas abiertas de América Latina y de reconocer el holocausto africano como el más singular y terrible de la historia humana. A favor. Estoy a favor del fin de cualquier normativa migratoria, de cantar blues aunque no esté de moda, de la abolición de la propiedad privada y de que el final del viaje nos encuentre distintos.
A favor. Estoy a favor las cursilerías, de los amantes que se toman las manos por encima de la mesa, de los vendedores de churros en bicicleta, de tomar caminos que nunca transitamos, de correr el riesgo, de perder la calma y de creer en las utopías más descabelladas. A favor.