STAFF / Angélica Carrillo / Edición: Héctor Lira
Mientras esta noche cientos de familias morelianas cenaran romeritos, disfrutarán de un rico pavo, lomo o cualquiera de los característicos platillos navideños, los abuelitos del asilo «El Hogar del Cristo Abandonado» aún no saben qué cenarán para esta Navidad pues todo depende de la caridad de la personas que en su momento comparten alimentos para los ancianos.
Caras tristes, lágrimas en los ojos, se pueden apreciar en la mayoría de los que ahí habitan, a pocas horas de que sea Navidad, aún no hay menú, aún no saben que cenarán todo dependerá de los buenos samaritano que se acuerden de ellos.
Aunque esta mañana fue un poco distinta durante las horas de visita gracias a un grupo de católicos que acudió a convivir con ellos, con la finalidad de hacer el día muy amena y regalar un poco de sonrisas.
A pesar de ello se impusieron las miradas triste, miradas que reflejan una vida cansada, huellas mismas marcadas sobre la aventura de la vida es lo que vemos en estas personas de la tercera edad que albergan en el ‘Cristo Abandonado’.
La Navidad para este asilo no será igual para todos ellos, ya que muchos de los abuelitos la pasarán únicamente en compañía por gente misma que viven en el albergue, tal es el caso de la señora Melina Gutiérrez, quien lo único que pide es estar cerca de sus animalitos «extraño a mis perritos», «extraño a mis pollitos», con la preocupación de que si ya comieron, ya les echaron agua, a ella le haría más feliz volver a ver a sus pequeñuelos.
Melina, no recuerda cuánto tiempo lleva en el asilo, lo único que recuerda es que ya estaba allí en un abrir y cerrar de ojo, soltando el llanto, dijo que anteriormente vivía con un sobrino.
Otro caso es el de Guadalupe Morales, quien anhela estar cerca de su familia sentir nuevamente calor de hogar, tener la familia que algún día tuvo.
Mientras que otros deambulaban en las calles como Carmelita y la única satisfacción es sentirse cobijada y estar en la casa, sentir por lo menos que hay alguien cerca de ella.
Desde hace 27 años ´El Hogar del Cristo Abandonado´ se ha convertido en una cálida morada para los adultos mayores que por adversidades de la vida se encuentran ambulando en las calles, sin familiares y algunos en el total abandono.
Es el caso de María Guadalupe Mora, Trabajadora Social, una chica que por ende del destino realizó sus prácticas profesionales, en el cual manifestó estar muy contenta de poder apoyar a estas personas, por lo que refirió, “desde allí me robaron el corazón y no he podido dejar de venir a traerles algún detallito, siempre pensando en ellos cuando estoy cerca, quizá no es la gran cosa lo que les traigo pero para mí es una alegría y siento muy bonito al ver comerse ese chocolate, alguna paleta que con mucho cariño les comparto, como año con año lo vengo haciendo y más en esta época”
A pesar de que el albergue ya lleva mucho tiempo en funcionamiento carecen de apoyo por parte del gobierno o de alguna asociación, todos los gastos son solventados por la gente, así lo señaló el Director de la Institución, José Luis Cerda Suzawa.
Pero ante adversidades, al cuestionarle sobre los artículos que más necesitaban Cerda Suzawa, enfatizó que hacía falta todo, ya que las necesidades de los abuelitos cada día es mayor, desde el alojamientos, aseo personal, salud, y lo que vaya surgiendo.
De las 70 personas que viven en el albergue un 95% es gente que no tiene familia y que se encuentran en el total abandono, solo 5 personas van a visitarlas y lo hacen esporádicamente.
Cabe destacar que ´El Hogar del Cristo Abandonado´ se encuentra ubicado en el número 121 de la avenida Ocampo, en la colonia Juárez de la capital michoacana.
