STAFF / @ellycastillo
Negocios cerrados antes de las 9pm, cafés medio llenos, la avenida Madero semidespejada de no ser por las vallas que aún estorban pero que ya están siendo retiradas.
Apenas tres horas después de la partida del Papa Francisco de Morelia en una visita histórica para la capital michoacana, la ciudad retorna a su completa calma. El bullicio sólo duró un día de los cinco que las autoridades tenían contempladas de principio.
Ayer lunes las calles morelianas rebosaban de entusiasmo religioso de parte de seminaristas y monjas que alegres pregonaban su gusto por ver a su mero jefe, el obispo de Roma y jefe del Estado Vaticano.
A pesar de que el encendido de la Catedral programado para esta noche ha convocado a un par de cientos de personas, no se observan turistas sino habitantes locales que disfrutan el Centro que esta vez no fue visitado por los más de 900 mil visitantes que según llegarían.
La mitad de los cafés de los portales por ejemplo, están cerrados así como la gran mayoría de los comercios de la Madero, mientras los trabajadores de limpia municipales se aprestan a limpiar la no mucha basura generada en la jornada papal.
