STAFF / @michangoonga
Los ojos de todo el mundo están puestos en México otra vez, y es que al caso de los normalistas de Ayotzinapa se han sumado distintos movimientos en distintas partes del mundo.
De la misma manera, la opinión pública en torno al presidente Enrique Peña Nieto y su fama de ser “el reformador” y que salvaría a México (tal como la portada de la revista TIME aseguraba) ahora cambia de una manera altamente contrastante dado a los hechos de los últimos días.
Una nota reciente publicada por el conocido e influyente diario estadounidense The New York Times, asevera que Enrique Peña Nieto y su gobierno han fracasado al intentar frenar la violencia en México.
El diario señala a la población mexicana como indignada, además de que expresa que este evento es el último quebranto de la ley y el orden en el país.
La editorial se nombró «Ley y Orden en México», misma que expresa que «los mexicanos están indignados por un gobierno que ha fracasado en dar seguridad, respetar el estado de derecho y asegurar que criminales respondan por sus actos para que haya justicia para las víctimas y familias.
Ademas de mencionar el caso de Iguala, también hacen mencion al caso de Tlatlaya en que militares hicieron ejecuciones extrajudiciales, matando civilies y montando un escenario de batalla.
Comenta la editorial que «éstas son dos de las más grandes atrocidades sucedidas en México en los últimos años. » Despues de esto arrojan datos respecto a la cantidad de desaparecidos ascendente de 22mil y la cantidad de 100 mil miertos, todo sucedido desde el 2007.
En cuanto al trabajo de la PGR, menciona que a pesar de que el organo que está en manos de Murillo Karam, ha detenido más de 72 personas relacionadas, aun quedan preguntas sin responder.
A pesar de que el diario deja en tela de juicio la posibilidad de que sigan vivo los estudiantes, arremete que más se pudiera haber obtenido en investigaciones si los organos de estado hubieran actuado sin retrasos.
Para finalizar, hace referencia al discurso reciente de Peña Nieto, en que se comprometía a revisar el Código Penal, a prestar más atención a las víctimas y a centrarse en el crecimiento económico del país para intentar reducir la violencia del narcotráfico; a partir de este discurso, sostiene que «aun habiendo avances, estos son limitados y no permiten repara un sistema criminal de justicia que se deja ver incapaz de investigar crímenes como es debido, de detener la corrupción». de poner fin a asesinatos.