Bullying desde el Senado de la República a la población LGBTTTI
De acuerdo con la columnista de El Universal, Katia D’ Artigues, al momento de instalar la comisión de Familia y Desarrollo Humano, en el Senado de la República, este pasado 12 de julio de 2014, el senador, José María Martínez Martínez expresó:
“La importancia de esta Comisión radica en los retos y desafíos que hoy tiene la familia. La familia que, conceptualmente hoy no tenemos una distinción que cuando menos jurídicamente nos armonice el sentir o los sentires de todos los mexicanos en concreto, respecto del modelo que nosotros queremos […] no tenemos por qué pensar igual todos y podemos salir y defender nuestros valores; el concepto familiar, la unión de un hombre y una mujer para la perpetuidad de la especie, para el amor y para que se quieran […] la Corte ha metido de más su criterio, y discúlpenme mi atrevimiento, en términos de la familia, y hoy algunos estados, en concreto el Distrito Federal ha ido más allá, ha ido incluso a través de modas, tendencias, tratando de adoptar este modelo de familia, sin que ello nos signifique a la mayoría de los mexicanos […] es aquí donde reside la importancia de esta Comisión y su reto fundamental: defender, fortalecer y trabajar por la familia que nos significa a todos los mexicanos. La familia desde ese concepto de los lazos naturales que han predominado a lo largo de la historia y ha resistido embates de modas y tendencias. Ese concepto es el que hoy nos interesa y nos significa en esta Comisión trabajar”.
El senador José María Martínez Martínez, presidente de la Comisión de Familia y Desarrollo Humano del Senado de la República, como servidor público ha expresado opiniones graves, basadas en prejuicios, estigmas y estereotipos que hoy nos preocupan y ocupan a quienes impulsamos acciones a favor de una sociedad democrática que busca la tolerancia, el respeto a la multiculturalidad y en donde a sólo tres años (junio de 2011) se reformó la Constitución para incorporar los derechos humanos de todas las personas, reconociendo la importancia de los principios de progresividad y pro persona y del reconocimiento como derecho positivo mexicano de todos los convenios internacionales en materia de derechos humanos suscritos por el Estado mexicano.
Con relación a estos posicionamientos del senador y de la instalación de la Comisión de mérito, expresamos que el concepto de familia no es estático, cerrado y aislado del tiempo, es una noción dinámica cuya evolución ha respondido a los cambios económicos, políticos y sociales, gracias a los cuales se ha ido modelando la interacción entre sus miembros.
No observar esta visión transhistórica nos podría hacer pensar en un dogma de familia (una verdad irrefutable), y no, en un “derecho de familias” como debe ser visto. En este sentido podemos apreciar que el derecho a la igualdad y no discriminación del artículo 1, último párrafo, de la Constitución mexicana aplica también para el disfrute del derecho a la protección de la organización y desarrollo de la familia, y, con base en éste, todas las relaciones que puedan interpretarse como vida familiar deberán gozar de la misma protección, considerando que cualquier diferencia deberá satisfacer los criterios de un escrutinio estricto.
De esta manera nos parece que hoy, la Comisión de Familia y Desarrollo Humano podría estar violentando al querer posicionar el modelo patriarcal de familia, entre otros asuntos los siguientes: La Comisión está vulnerando el principio de igualdad y generando una categoría sospechosa al querer fortalecer un modelo patriarcal de familia, toda vez que limita el disfrute de derechos razonables y objetivos a una población, en especial, la Lgbttti, es decir, se deja de cumplir con el objetivo de un Estado democrático de acomodar a todos los sujetos sociales y no solo a asimilarlos.
La Comisión al querer identificar un solo modelo de familia, con una visión de moralidad particular, pero que además incluye la visión de reforzar los roles de género por sexo, violenta y discrimina a las familias y en las familias que no llegaren a guardar este modelo patriarcal que se pretende sostener; violentando con ello el derecho a la igualdad y no discriminación. El concepto de familias debe ser plural y debe tender a proteger la vida familiar.
La Comisión podría estar igualmente dejando de atender a la diversidad tanto en la constitución de las familias, como en su organización y estructuración. Y con ello, se deja de atender la CEDAW y la Convención del Niño, también se está dejando de reconocer las declaraciones de la ONU y la OEA, sobre la orientación sexual y la identidad de género, ambas de 2008.
El modelo que pretende perpetuar según manifestaciones, toda vez que lo demás es “moda” (entre ello, lo de diversidad sexual), mantendría los roles de género dentro de las familias, pero ahora al plantearlos como modelo de familia, seguramente se llevarían a la prescripción en materia civil y de familia, dejando de lado el derecho a la autodeterminación, el derecho a la identidad, y desde luego con ello vulnerando la posibilidad del manejo de los derechos sexuales y reproductivos, fundamentales para la diversidad sexual.
Frente a un modelo patriarcal que se pretende reivindicar, la Comisión estaría gravemente violentando no hacer compatible la normatividad en materia familiar con las obligaciones constitucionales e internacional en materia de género. Y con ello hacer que se represente un modelo (androcentrista y sexista) en el que la mujer es ama de casa (manejo del espacio privado) y el marido proveedor (acción en el espacio público).
Visto así estaría dejándose de lado las prácticas de revisar la normatividad civil y familiar para hacerlas compatibles con las normas de igualdad de género, en especial con la CEDAW, pero también con las interpretaciones del Comité de Derechos Humanos de las Nacionales Unidad, así como de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En términos generales, esta Comisión estaría pasando por alto los estándares universales sobre los derechos humanos de las poblaciones, esto es, no tomaría en consideración la normativa constitucional e internacional sobre el derecho a la igualdad y no discriminación en materia familiar, atendiendo así los principios de autodeterminación, derecho a la identidad, diversidad e igualdad y tomando en cuenta la interpretación del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, así como de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y otras estructuras operativas internacionales y constitucionales.
Con la instalación de la Comisión de Familia y Desarrollo Humano y las declaraciones de su presidente, el Senador Martínez, deja en duda la inclusión y pluralidad de todos los grupos sociales por parte del Senado de la República, y se puede ver como un retroceso en materia de derechos humanos, si es que esta comisión, no replantea su discurso, sus objetivos y visión de estado; pero además recordemos que hoy, nadie puede ser discriminado y el Estado debe garantizar el respeto a la dignidad humana, pero además los poderes públicos deben actuar con visión para la inclusión, la pluralidad y el respeto a la multiculturalidad con que hoy viven más de 25 millones de familias diversas socialmente.
No al bullying, no a la violencia verbal y de descalificación y desvalorización de la dignidad humana por parte del presidente de la Comisión Legislativa de Familia y Desarrollo Humano.
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