La práctica de la caridad
Por Padre Pistolas
San Lucas, el evangelista de la caridad, es el único que saca la parábola del buen samaritano.
Para los judíos los samaritanos eran raza impura, enemigos detestables y uno de ellos auxilió a un judío, asaltado y golpeado y no así lo vieron un sacerdote y un levita (servidores del templo) y ninguno de ellos ni siquiera lo tocó para no contaminarse.
Desde joven oí esta anécdota: llegó un feligrés pobre a pedir al señor cura cinco mil pesos para sacar a su esposa del hospital de una operación de cesárea y le contestó el padrecito: “¿Cómo te voy a dar tanto en este pueblo de tacaños?”.El señor le fue bajando: “Bueno deme quinientos pesos haber donde consigo lo demás”; y el padre le dice: “Ten $200.00, híncate para darte la bendición”, y el señor le contesta “quédese con su bendición, si no vale $500.00 ¿para que la quiero?”, y se fue muy enojado.
Ayudar a los pobres debe ser una práctica muy natural como comer y respirar, más en estos tiempos de tanto egoísmo e injusticia, ahí está la clave de volver a ser una comunidad cristiana y no en metoditos de la nueva evangelización.
La caridad no se venga, no se enoja, todo lo tolera y nunca reclama, es propiedad de Dios y los humanos.
– No existe en la demás naturaleza.
– Nunca digan “ámame”, de nada sirve.
– Voy a durar mucho en el mundo porque amo mucho.
– Hay quien ama más a los perros que a los humanos porque los humanos no saben ganarse el cariño.
-Si lo amas perdónalo, si no lo amas, olvídalo.
-El más amado es el más exitoso.
-Padre enséñame a amar, hijo, enséñate a dar, es lo mismo.
-El que mangonea no ama, en el amor el que manda es el amor.
-El amor verdadero hace crecer a los dos.
-Si no me aman, ni modo, malo que yo no amaré.
-Nos enseñan a volar en avión, a nadar como peces y amar ¿cuándo?
-Para el mal de amores ni los pinches doctores, pero para los demás males el amor es lo mejor.
-Nos facilitan todo para fornicar y nada para el verdadero amor.
-El día más infeliz para mi es cuando no hago ninguna caridad.
-En Guanajuato construimos 100 km de carreteras y brechas y recuerdo a un señor Nicolás muy tacaño y pidieron una brecha hacia un pozo para regar, y de pronto me negué pero después me dijeron que hasta don Nicolás estaba dispuesto, fuimos a ver al viejo y le pedimos su ayuda y dice: “¿Verdad que van a hacer el puente? Claro, entonces ¿van a necesitar varillas? claro; Apúntenme dos”. Respondimos “¿Dos toneladas don Nicolás?” y el señor contestó: “No, dos varillas”… con una hay don Nicolás, pero para darte una tizna, viejo infeliz.
Que Dios los bendiga.
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