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A más de dos años dan por muerta a Yahaira Guadalupe; la mataron y torturaron por ser de Michoacán

STAFF / @michangoonga Yahaira

Margarita López, madre de Yahaira Guadalupe dio a conocer a través de su página de Facebook que luego de dos años, dos meses y 20 días se confirmó la muerte de su hija a quien mataron y ultrajaron en Oaxaca sólo por ser de Michoacán.

Quien escribió que tenía “alma y corazón amputados” en una dedicatoria a su hija explicó que el martes había recibido la noticia.

“He encontrado a mi niña, ayer recibí la noticia y me cuesta mucho compartirles esto, tuve hasta el último instante la esperanza de que todo fuera un sueño y que mi muchachita volvería a mis brazos con vida y con esa sonrisa hermosa que siempre le caracterizaba, mi alma está desmembrada de la misma forma que hicieron con el cuerpo de mi niña, y desde lo más profundo del alma, desde lo más profundo de mi corazón, y si es cierto que la maldición de una madre llega, maldigo mil veces a esos desgraciados que asesinaron de forma tan brutal a mi hija, una niña de 19 años que nunca les hizo daño, y que su único delito fue ser michoacana, y estar en un estado diferente al suyo.”

Tras su calvario que incluyó revisar pilas de cadáveres, huelgas de hambre y atentados en su contra, un Equipo Argentino de Antropología Forense le confirmó por pruebas de ADN que el cuerpo decapitado de su única hija reposaba en un anfiteatro, luego de pasar por dos morgues.

A Yahaira Guadalupe la habrían sacado de su casa 13 de abril de 2011 en Tlacolula, Oaxaca, un comando armado para asesinarla.

“Mi niña ya descansa y no sé si decir gracias a Dios, porque yo la esperaba viva. Dónde estaba Dios cuando permitió que la torturaran y la asesinaran de una forma tan brutal”.

En su desesperación por encontrar a su hija, Margarita se introdujo a la a la cárcel de Perote a hablar con un sujeto apodado El Cabrito, jefe de plaza de Los Zetas, este le confesó que “la secuestraron, la torturaron y la asesinaron” porque el comandante de la policía local, Honorio Abel Lara Ruiz (quien se encontraba arraigado), les había dado el pitazo de que esa joven, recién casada con un militar, era michoacana y “tenía vínculos con La Familia”.

Otro preso, Encarnación Martínez Colorado, El Lagarto, quien le dijo cómo la torturaron, la violaron, la dejaron sin comer, la hicieron presenciar la excavación de su fosa y la decapitaron.

Desde su casa, en el puerto michoacano de Lázaro Cárdenas –donde hace los preparativos funerarios– Margarita López dice en entrevista telefónica: “Me dijeron que investigarán y llegarán hasta las últimas consecuencias. Espero que cumplan. No descansaré hasta demostrar que la justicia es una burla, que desde septiembre de 2011 solicité las pruebas de ADN, que hasta noviembre de 2012 que hice la huelga la SIEDO giró las muestras, que obstaculizaron que ellas (las argentinas) vinieran, que tardaron un año en hacer un oficio y girarlo, y eso ocurre con toda la gente que pide a gritos que la apoyen”.

Ahora, dice, “quedo más convencida de que es mi niña”. Pero sigue con una duda: “Todo coincide, pero el lugar donde la encontraron sepultada, no. Es muy diferente, y por alguna razón la PGR no ha querido realizar un peritaje para verificar si el cuerpo fue removido.

Yahaira Guadalupe Bahena López pronto descansará cerca de su familia, en su Michoacán natal, la causa de su asesinato. Su madre, llena de “rabia, coraje” por los días en que su hija estuvo sola en el Semefo, dice que no reposará: seguirá pidiendo justicia.

Con información e imagen de Proceso.

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