SOFTNEWS

Ciber novios

Por Isabel Felicidad

El otro día, mis hermanas se fueron y dejaron la compu encendida; me puse a husmear y  ahí fue donde conocí los famosos chats, ¡¡guuuooralee!!

Para no hacerles el cuento largo, terminé platicando con un chico que parecía ser muy amable hasta que la cosa se puso intensa,  finalmente después de muchos rodeos me pidió que fuera su novia (¡grraaauuu!), casi me ruedo de la cama ante semejante petición, le dije que necesitaba tiempo para pensarlo y terminé la conversación, si supiera que soy peluda y ando en cuatro patas… ¡ji ji ji! Me pasé toda la noche ladrándoles a los gatos que andan en la calle, pero principalmente sacadísima de onda por la propuesta que había recibido.

¿Será que ya hay capacidad de relacionarse con quienes están cerca?

La tecnología nos ha acercado a los que tenemos lejos y nos ha alejado de las que tenemos cerca, cada vez somos menos tolerantes o nos da  flojerita el tener que interactuar con el de al lado. Me ha pasado que mi comadre la Negrícola me saca de quicio cuando quiere jugar, yo termino sacándole la vuelta… Para regresar a hablar de larga distancia con ella, ahí a ladrido limpio  ¡o sea!

Las relaciones a distancia (y luego, virtuales) son  como vivir en un mundo de fantasía, una nomás se imagina a un fornido labrador y generalmente resulta un enclenque chihuahua, ¡grrrr! Además,  siempre se necesita de un rico apapacho y que te rasquen la barriga, al menos a mi eso me encanta. ¡Roooaff!, definitivamente prefiero el mundo real.

Pues como les decía, el fulanito en cuestión pintaba de maravilla, tierno, comprensivo, romántico, sonaba como que demasiado bueno para ser verdad y escuché en mi cabeza: “¡Muchoo oojoo, ¿eh?!”. ¿Cómo alguien que ni siquiera me conoce puede decir que me ama con pasión y locura?  Chale, a mí eso ya me empezaba a sonar a que iba a venderme por partes, y como les digo, ni sabía si el wey era un can peludo como yo o si él tenía la remota idea de que yo lo soy. Así que decidí que lo mejor era mandar al tipo por sus croquetas y dejar de buscar relaciones irreales por internet y conectarme más con los de mí alrededor, porque como están las cosas en esta “perra vida” uno no sabe qué loco está del otro lado de la computadora. Así que piensen las cosas dos, tres o muchas veces antes de jurarse amor con un completo extraño o andar enseñando sus partecitas por web cam.

Twitter: @IsabelFelicidad

Facebook.com/ColumnaChangoonga

Changoonga.com no necesariamente adopta como suyos los choros, chorizos, morongas  y chistorras publicados en ella y deja en sus respectivos padres (autores) la responsabilidad de todas las barrabasadas, debrayes y/o chaquetas mentales que aquí plasman, producto de las ardillas hiperactivas que habitan en sus macetas.

Back to top button