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Morelian@s Altruístas Ayudando A Morelian@s De Escasos Recursos: La Historia Del ‘Club De Ayuda’

STAFF/ Marina Alejandra Martínez

En el bullicio cotidiano de Morelia, Paola Rosales Ramírez, madre de cuatro hijos, ama de casa y pequeña emprendedora, ha logrado lo impensable: fundar una asociación que extiende una mano amiga a los más desamparados, sin contar con el apoyo gubernamental.

Originaria de Lázaro Cárdenas, Michoacán, Paola se estableció en Morelia hace una década, y al presenciar el abandono en que viven muchos adultos mayores, enfermos, hambrientos y sin techo, decidió tomar cartas en el asunto.

Con una determinación admirable, creó el «Club de Ayuda Morelia», una asociación sin fines de lucro, que emplea las redes sociales para recaudar fondos y llevarlos directamente a los necesitados, todo documentado en video.

«Los abuelitos son mi debilidad y ver la necesidad que sufren, muchos están solos, muchos los abandonan y a su larga edad y con tanto cansancio, aún salen a trabajar todos los días o personas de edad, que están solos y que, no tienen absolutamente nadie, quien los apoye, todo eso me motivó a crear este grupo y apoyar al mayor número de abuelitos que se pueda», manifestó.

A pesar de que su grupo de ayuda de WhatsApp, cuenta con más de 400 miembros, Paola, confiesa que, son pocos los que, realmente, se involucran en esta causa. Aun así, su persistencia ha rendido frutos.

Gracias a su labor incansable, ha logrado la colaboración desinteresada de una doctora y un médico militar, quienes brindan atención médica gratuita a los ancianitos morelianos.

Dos veces por semana, Paola y su equipo de altruistas compran los productos que venden los abuelitos, desde hierbas, hasta cerillos, y les otorgan un apoyo económico adicional recaudado en redes sociales, además de proporcionarles consultas médicas y medicamentos gratuitos.

Lamentó la falta de apoyo del gobierno, ya que, muchos ancianos no reciben pensión por problemas con su documentación, situación que le animó a formar una cadena de ayuda.

Su recompensa más grande, es la sonrisa de aquellos rostros con arrugas, enfermos, con vasta experiencia, pero, que la sociedad ha olvidado.

Paola llama a la sociedad a unirse a su causa, recordando que todos, en algún momento, podríamos necesitar ayuda.

Propietaria de una pequeña tienda de saldos, también se da tiempo, para preparar la comida a más de 100 personas y llevarlas hasta los hospitales todos los miércoles, de manera que, los familiares de los enfermos, puedan disfrutar de los alimentos hechos en casa de manera gratuita.

Paola tiene una lista interminable de personas que necesitan ayuda, pero, tan solo en las únicas semanas, ha logrado ayudar a muchos abuelitos y abuelitas, que venden ocote, dulces, pan, elotes, tunas, mazapanes, semillas, «haciendo barrio» al adquirir todos sus productos de forma en que se sientan útiles y entregando el dinero recaudado, además de brindándoles atención médica, sin retribución económica alguna para ella.

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