STAFF/Marina Alejandra Martínez
¿Has probado los tradicionales chiles en nogada? Este platillo típico de la gastronomía mexicana se consume durante los meses de julio, agosto y septiembre, y es un símbolo nacional que conmemora la independencia de México.
Los colores de los chiles en nogada representan la bandera mexicana: el verde intenso del chile poblano significa esperanza y renovación, el blanco de la nogada, a base de nuez de Castilla, simboliza la pureza y unidad del país, y el rojo de la granada alude al sacrificio y la lucha por la libertad.
Rodrigo Gualoz, reconocido chef y delegado en Michoacán del Conservatorio de la Cultura Gastronómica Mexicana (CCGM) y del Centro Nacional de Investigaciones y Difusión de las Cocinas Mexicanas (CENAIM), señala que, este platillo, con ingredientes de diversas partes del mundo, es costoso tanto en tiempo como en productos.
Gualoz, destaca que, el chile en nogada tradicional, que se remonta a las monjas agustinas del convento de Santa Mónica en Puebla, se sirve capeado.
No obstante, en la actualidad se han creado diversas versiones del platillo para complacer a los paladares más exigentes.
«Dependiendo de la región, los chiles se pueden rellenar con mariscos como pescado o camarón en las zonas costeras, o con lengua de res en restaurantes de vanguardia. Incluso existe una versión en hojaldre», declaró.
Para Gualoz, los chiles en nogada son una amalgama de sabores, historia y patriotismo, un platillo que refleja la lucha por la independencia de México y que se ha convertido en una tradición culinaria resurgente.
Cada año, durante las fiestas patrias, los chiles en nogada cautivan tanto a mexicanos como a visitantes extranjeros, recordando la historia de una nación que luchó por su libertad.
Este platillo se originó en 1821, cuando las monjas agustinas lo sirvieron el 28 de agosto en honor a Agustín de Iturbide, quien acababa de firmar el Acta de Independencia y los Tratados de Córdoba.
Con ingredientes como carne de cerdo, frutas de temporada, nuez de Castilla, almendras y una nogada enriquecida con jerez y queso, este platillo solo se disfruta entre julio y septiembre, cuando las nueces y granadas están en temporada.
A decir del chef Gualuz, los chiles en nogada han evolucionado y hoy en día se pueden encontrar en diversas presentaciones.
Una de las versiones más contemporáneas es aquella en la que el chile poblano es envuelto en pasta hojaldre y servido sobre una cama de nogada, ofreciendo una experiencia novedosa sin perder la esencia del platillo.
La presentación más popular sigue siendo la del chile poblano sin capear, destacando los colores patrios de la bandera mexicana con el verde del chile, el blanco de la nogada y el rojo de la granada.
Este estilo resalta el simbolismo de la gastronomía mexicana en cada plato.
No obstante, el chile en nogada tradicional se sirve capeado, lo que permite una textura distinta que realza los sabores en cada bocado.
Según Gualuz, cada versión tiene su propio encanto, pero todas conservan la riqueza histórica y culinaria de este icónico platillo.