Adid Jiménez
Tal como lo exige la ley del monte, Wilmer y Jeny grabaron sus nombres en un árbol (a falta de un maguey) juntitos, entrelazados, como una prueba de que aquí estuvieron enamorados.
Adid Jiménez
Tal como lo exige la ley del monte, Wilmer y Jeny grabaron sus nombres en un árbol (a falta de un maguey) juntitos, entrelazados, como una prueba de que aquí estuvieron enamorados.