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OMG! Abue Regaló Pequeñas Ouijas En Su Funeral «Para Seguir En Contacto»

STAFF/@michangoonga

¿No sería fabuloso poder comunicarnos con nuestros seres queridos que han fallecido? ¿Poder hacerles una llamada semanal o quizás a diario? ¿Qué nos acompañaran a cenar o a tomar una taza de café?

Con esas ideas en mente y con un gran toque de humor, una abuelita texana de 81 que padecía cáncer, quiso dar a sus seres queridos un último regalo. Meses antes de su muerte, elaboró unas simpáticas tarjetas que incluían una ouija miniatura y fueron repartidas durante su funeral. La entrañable ancianita llevaba por nombre Jodie Marie Perryman y tanto sus familiares como sus conocidos sabían que “Jodie” era divertida, cálida, amorosa y muy, muy rebelde.

En los obsequios fúnebres que han inmortalizado a la mujer, aparecía Jodie sacando la lengua y haciendo la “britney-señal” con ambas manos, junto con una leyenda que decía “¡mantengámonos en contacto!”. La tarjeta también contenía una pequeña tabla ouija.

La imagen de los originales recuerdos fue compartida en Twitter por la nieta de Jodie, Gracie Perryman, quien comentó: “recibí esto en el funeral de mi abuela. Qué icono”. También comentó que el regalo iba totalmente con la personalidad de su amada abuelita.

Esta historia con final de humor extraño, inició a finales del verano, cuando Jodie decidió no someterse a quimioterapia ni a una cirugía de alto riesgo que tendría una recuperación incierta. Reconociendo que su muerte estaba cerca, decidió hacer las originales manualidades para sus seres especiales. Fue también para ella, una manera de vivir con un poco de alegría la etapa más devastadora de su vida.

En agosto, a través de Facebook anunció a sus amigos y familia: “¡les regalaré una ouija a cada uno de ustedes en mi funeral!” pero nadie la tomó en serio, hasta que los cerca de 40 asistentes a la ceremonia fúnebre de Jodie este 18 de octubre, abrieron los sobres que les fueron repartidos. Ninguno de ellos pudo evitar morir de risa al ver la imagen de Jodie sacándoles la lengua.

“Todos morían de risa, fue divertidísimo… fue… ¡totalmente ella!” comentó su nieta Gracie. “Mi abuela tenía un corazón de oro… amaba los videojuegos y hacer mil manualidades para Navidad… adoraba cocinar enchiladas de pollo, burritos y donas… Siempre podías recurrir a ella para obtener apoyo y cariño”, concluyó Gracie.

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