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México está lleno de personajes únicos que te podrías encontrar a la vuelta de la esquina y que incluso podrían ser tus vecinos, y entre estos personajes únicos y maravillosos, nos encontramos con Doña Cata, quién en vida fue una luchadora social originaria de Misantla, Veracruz.
Doña Catalina Ordoña Pérez, conocida también como “La Tigra”, era reconocida no sólo por su labor en pro de su comunidad en el ejido de Ignacio Zaragoza, sino también por su personalidad abierta y sin pelos en la lengua.
Todo esto llevó a Doña Cata a ganarse el cariño y simpatía de muchos, incluidos algunos candidatos a presidente municipal, quienes iban en busca de ella por su influencia en la gente de la comunidad y también por sus frases pícaras y celebres que en ocasiones soltaba como “Así como hay Día del Médico, Día del Ingeniero y otros festejos, la verga también merece ser reconocida”.
Madre de 7 hijos, abuela de 13 nietos, bisabuela de 16 y tatarabuela de una niña, Doña Cata mantuvo sus ocurrencias hasta sus 100 años, cuando ella misma pareció presentir su muerte, le hizo una petición muy especial a su familia: que cuando muera, en lugar de cruz o un santo resguardando su tumba, ella quería un pene gigante en su tumba.
Catalina Ordoña Pérez sufrió derrames internos constantes que la llevaron al hospital, lugar donde falleció, después de varios días y un destello de esperanza cuando parecía recuperarse.
Entonces su familia, dispuesta a cumplir el último deseo de Doña Cata, encargaron un pene gigante a Isidro Lavoignet, un hombre que se dedica a la elaboración de lámina de plástico y tinacos.
Según la misma familia, la figura ha tomado bastante fama que ahora hasta extranjeros caen de visita, algo que alegraría a Doña Cata, que también dejó un épico epitafio para la gente que visite su tumba:
“Aquí yace la señora Orduña Pérez, a quién en vida y en muerte siempre le pelaron la verga”, epitafio de la señora Catalina Orduña Pérez, ‘La Tigra’.