STAFF/Victoria Avalos -@VicPizarnik
Los hilos de colores entre aros de madera y tela marquise ambientaron el círculo de bordado sobre la menstruación realizado bajo la tenue luz de «Había una vez», café librería del Centro Histórico de Morelia que prestó sus instalaciones para quitar tabúes y dudas, con la finalidad de acabar con la vergüenza y necesidad de ocultar un proceso tan natural en el cuerpo femenino.
Chicas de diferentes edades y provenientes de la Ciudad de México y de la propia Morelia, expusieron sus historias que acompañaron su inicio en la etapa menstrual, tratándose desde un arranque sin suficiente información, llena de dolor, y hasta de vergüenza por el estigma que pesa sobre este, algunas incluso denunciaron centros de trabajo en los que menstruar está mal visto, pese a ser un tema complemente natural.
La charla comenzó con los recortes de tela, y a la par con Aranza Cuevas, estudiante de la licenciatura de Historia del Arte en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) campus Morelia, dando la bienvenida a las participantes, y explicando que esto nació como un proyecto de Artes escénicas y teoría del arte, abordando cómo el cuerpo tiene una carga cultural por parte de la sociedad que emite juicios.
“Siempre se ve con una carga cultural de la propia sociedad que hace este juicio, me interesa saber cómo se ve a las, los, y les, cuerpos menstruantes, y cómo se estudia y como los objetos que tienen que ver con los productos de la higiene menstrual también crean todo un discurso”, explicó Aranza Cuevas.
La tarde avanzó junto al diálogo que ayudó a varias a despejar dudas sobre qué productos o artículos pueden ser más amables con el cuerpo y la menstruación, las chicas aprovecharon para explicar cómo ha sido utilizar la copa, dar con la talla correcta y la colocación de esta, otras aportaron su conocimiento sobre el calzón absorbente, lo que abrió pauta a cuestionar cuántas mujeres no pueden acceder a productos básicos.
Siguiendo el hilo conductor, mientras los dedos plasmaban con hilo y tela diferentes dibujos, algunos sobre copas menstruales, sangre, mensajes de aliento, corazones, pezones y hasta ojos la plática se posicionó en el tema de la menopausia y las diferentes formas de verlo, unas como una nueva etapa, de una mujer madura y sabia, mientras otras la ven como la llegada de la vejez y finalmente, como algo completamente desconocido tal y como la llegada de la menstruación.
La velada en la café librería “Habría una vez” ubicado en el centro histórico de la capital moreliana terminó con risas, con mujeres en confianza y deseosas de una nueva mesa de diálogo en la que se puedan exponer historias, e información para ayudar a otras a romper los tabúes propios de la naturaleza.
Es de mencionar, que Aranza eligió la actividad del bordado impulsada por la creencia de que los bordados son usados como soporte terapéutico, esto ayudando a romper el pensamiento de cómo se tiene que hacer el arte.
