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El incremento en la esperanza de vida para los mexicanos, no implica que éstos logren una mejor vida, satisfaciendo las necesidades que les permitan una existencia digna, apuntó la diputada Miriam Tinoco Soto, coordinadora de la Representación Parlamentaria de la LXXIV Legislatura del Congreso del Estado.
La diputada lamentó que entre más aumenta la esperanza de vida en nuestro país, peores resultan las condiciones que existen para su desarrollo y bienestar, pues su preservación no ha ido de la mano de medidas que incrementen su calidad.
Miriam Tinoco recordó que actualmente en nuestro país la esperanza de vida es 75.23 años, y se prevé que la tendencia permanezca al alza, de manera que en el 2025 sea de 75.93, y para 2030 de 76.7 años, situación que contrasta enormemente con lo que ocurría por ejemplo en 1930, cuando la esperanza de vida apenas si era de 34 años.
Agregó que, en las mujeres la esperanza de vida es superior a la de los hombres por una diferencia de casi seis años.
“Cantidad no es calidad, tanto que hoy día vemos que cuatro de cada diez personas adultas mayores se encuentran en situación de pobreza, el 41.1 por ciento vive pobreza moderada y el 6.6 por ciento en pobreza extrema”.
La legisladora recalcó que hoy es claro que el problema no es cuánto se viva, sino cómo se hace, y las condiciones que se tienen para hacerlo de la mejor manera, y en el caso de México y de estados como Michoacán, puede verse que el concepto de vivir se vincula más al de sobrevivir.
Asimismo, Miriam Tinoco subrayó que el incremento en la esperanza de vida implica también retos públicos en materia de salud, y recordó que, en las personas mayores de 60 años, las muertes por enfermedades del corazón son las más frecuentes con una tasa de 900.5 defunciones por cada cien mil habitantes, mientras que por diabetes mellitus hay 609.2 decesos por cada cien mil, además de tumores malignos con una tasa de 425 muertes por cada cien mil personas mayores.