Más que una corona… La Ropa No Hace A La Persona
Existen muchas personas que, por el hecho de portar ropa de marca, tener un celular caro o pertenencias que no cualquier persona puede adquirir por su situación económica, se creen más que los demás, cosa que es completamente falsa, pues la ropa no te hace ni mejor ni peor persona.
By: Milena Suástegui
“No eres el carro que manejas, no eres lo que traes en la cartera y no eres la ropa que usas. Lo más importante es el SER, no el TENER…”
Por esta ocasión en mi columna quiero tratar este tema tan importante en la ciudadanía, ya que desde pequeños hemos visto a través de comerciales en la televisión, o diferentes campañas de publicidad que si compras tal objeto puedes tener poder sobre los que te rodean. Algo que sinceramente es una tontería y denota la presencia de ignorancia.
Conozco personas que tienen grandes cargos, mucha fama o una posición económica verdaderamente alta y no tienen la necesidad de estar mostrándose al mundo lo que se compran, ya que tiene más valor el cómo tratas a las personas, meseros, gente de la tercera edad y claro, a los animalitos.
Yo considero que es más valioso mostrar lo que somos que lo que tenemos, porque es así como haremos un cambio verdadero en la sociedad, en este mundo que está lleno de inseguridad, soberbia e ignorancia al hablar de estos temas.
“Hay personas que usan ropa cara, pero tienen sentimientos muy baratos…”
Hace días viví una situación muy chistosa y a la vez desagradable, en cierto Facebook me encontré una publicación que decía “Si la que te critica no usa tal marca, no cuenta”, a lo que yo respondí: “las críticas destructivas no deben afectarnos y las marcas no nos hacen ni mejor ni peor persona”, creo que está muy claro el mensaje que yo quería mandar a las personas que vieran esa “publicidad”, sin embargo, recibí un comentario tanto ignorante como estúpido a la vez: “la que quiera y pueda comprar que se lo compre, alv p*rro”.
Al leer dicho comentario, no me enojé ni nada, pues me queda claro que no todos pensamos igual y que incluso mi comentario se pudo llegar a interpretar por esa persona (ya que otras le dieron «me encanta» y entendieron el objetivo), sin embargo, me quedé pensando en por qué necesariamente se me tenía que atacar y salir a la defensiva cuando lo único que yo quería era expresar que nadie es mejor que otros por tener tal objeto de una marca.
Rápidamente me puse a investigar en diferentes portales de moda, y sí claro que quien quiera y pueda, tiene a derecho a hacer con su dinero lo que guste, pero eso no da derecho a querer hacer sentir mal a otras personas, pues yo en lo personal me sentiría más mal si me enterara que alguien está haciendo un bien a la sociedad o al medio ambiente y yo no. No por un objeto que tarde que temprano se va a arruinar o desgastar.
Me llega a la mente una imagen que ha circulado mucho a través de redes sociales, en la cual se observa a Mark Zuckerberg, creador de Facebook y Bill Gates, Cofundador de Microsoft, ambos con vestimenta sencilla sin ningún logo de marca charlando en una sala, a pesar de que los dos son multimillonarios y grandes empresarios en Internet y Software.
Este pensamiento solo lo dejo al aire, todos tenemos puntos diferentes de vista, por ejemplo, yo cuando era niña también creía que si no usaba ropa de marca no podía andar por la calle o me sentía menos que los que sí tenían, pero poco a poco cambió mi percepción, pues conocí a mucha gente de etiquetas de marca que eran malas personas, envidiosas, soberbias y demás, así como también conocí gente muy humilde, sencilla, que hace cosas por el mundo con ropa no tan cara. Al final de cuentas creo que solo es tela, accesorios o zapatos, de ahí no pasa.
“No importa que te ocultes tras una sonrisa y uses ropa linda, si algo no puedes ocultar es lo podrido que estás por dentro” – John Lennon.
Y es que no es que esté en contra de la ropa de marca, ya que creo que a todos nos gusta adquirirla, de lo que estoy en contra es de querer aparentar algo que no somos y de sentirnos más que los demás por cosas materiales.
Debemos a aprender a elegir nuestra ropa, claro que sí, hay muchas tiendas que cuentan con una alta calidad y los precios son accesibles, solo es cuestión de que uno se sienta cómodo, y le guste lo que usa, ya que eso es lo que proyectaremos a los demás. Si no nos sentimos cómodos con una prenda, aunque sea de la mejor marca, no lo proyectaremos porque por dentro sabremos que no nos hace sentir bien y eso se nota.
Siempre debemos de poner como prioridad buscar lo que nos hace mejor persona, como nuestros valores y forma de ser, ya que la ropa la usamos y con el tiempo se desgasta o se arruina, pero lo bueno que tenemos como persona se queda en la mente de los demás y te hacen destacar. No debemos dejarnos llevar por las apariencias que no dicen nada de una persona.
Nadie recuerda a Frida Kahlo o a Josefa Ortiz de Domínguez por la ropa que traían, sino por sus logros y el legado que le dejaron a nuestro país. No he conocido persona que diga “me acuerdo mucho de Andrea Cruz porque se ponía ropa bien cara”, porque nosotros sabemos que pasó a la historia al convertirse en la primera mujer piloto de la Fuerza Aérea Mexicana en 2009.
Elvira Carrillo Puerto, una de las primeras mujeres mexicanas electas diputadas, junto con Beatriz Peniche Barrera y Raquel Dzib Cicero, Griselda Álvarez, quien fue la primer gobernadora en México, Soraya Jiménez, primera mujer mexicana en ganar una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos, así como la primer doctora en Astronomía Silvia Torres, son también ejemplos de mujeres empoderadas que abrieron las puertas desde su trinchera a las mujeres de nuestro país, que no se preocuparon por nada más que su esfuerzo y dedicación.
Esas son las mujeres que abonan a nuestro país, las que luchan cada día, las que se apoyan unas con otras para hacer la fuerza y la diferencia, no las que se atacan o hacen menos a otras por querer sobresalir y que todo mundo vea que tienen dinero, zapatos o ropa de marca.
En fin, no es la ropa ni la mejor marca, ni el mejor perfume…. Hoy procura vestirte con los mejores sentimientos, humildad, sencillez, una mirada amable y sobre todo con la mejor sonrisa.