La violencia va más allá de un golpe.
uando pensamos en el 25 de Noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer (¡que es hoy!), probablemente se nos venga a la muerte una mujer con el ojo morado o con moretones, eslóganes de "si te pega no te quiere" o historias de mujeres a nuestro alrededor que han pasado por esto
By: Itzia Ramos
Cuando pensamos en el 25 de Noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer (¡que es hoy!), probablemente se nos venga a la muerte una mujer con el ojo morado o con moretones, eslóganes de «si te pega no te quiere» o historias de mujeres a nuestro alrededor que han pasado por esto. La violencia física es una problemática muy fuerte en nuestro país (comprende el 34% de los casos de violencia de género, de los cuáles sólo un 2.2% son denunciados) pero suele ser la única en la que nos enfocamos.
Y es que cuando oímos que 7 de cada 10 mujeres mexicanas han sufrido violencia en algún punto de su vida y nos parece una exageración, olvidamos que no todas han sido agresiones físicas. Lo que ellas han sufrido son cosas tan normalizadas en nuestra cultura que no parecen violencia, pero lo son. Hoy quiero hablarles de ello, con la esperanza de que llegue a alguien que lo necesite.
Antes de comenzar, debemos saber que la violencia de género es «TODO acto de violencia contra la mujer que resulte, o pueda tener como resultado, un DAÑO físico, sexual o psicológico». Este daño a veces es visible, como los moretones, o invisible, como la manipulación emocional. Se desarrolla de igual manera en el ámbito privado y público (por eso no es válido justificar las agresiones como «asuntos privados del matrimonio», sigue siendo violencia) y, aunque puede afectar a cualquier mujer, algunas son más vulnerables a recibirla que otras.
La violencia psicológica, según el gobierno federal, es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en: abandono, chantajes emocionales, celos, humillaciones, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, control (como que te digan con quién puedes hablar y con quién no, o te chequen el celular) entre otras acciones. Puede que nunca jamás te hayan golpeado y aún así estés sufriendo violencia, pues esta es la más común (el 49% de las víctimas la sufrieron) y la más normalizada. La veo mucho entre chicas de mi edad, especialmente con sus parejas, y me pone muy triste pensar que para ellas esto es amor.
La violencia sexual incluye pero no se limita a lo siguiente: violación en el matrimonio o en citas amorosas (aunque sea tu novio, si tú no quieres, es violación), por desconocidos o conocidos; insinuaciones sexuales no deseadas o acoso sexual (ojo, cuentan los piropos), matrimonio o cohabitación forzados, entre muchas otras formas: cualquier acto de coacción o amenaza hacia una persona con el objetivo de que lleve a cabo una determinada conducta sexual.
Esas son las más conocidas. Pero también existe la violencia económica (por ejemplo, que te quiten tu salario al inicio del mes y te lo vayan racionando), la patrimonial (que te quiten tus bienes que te permiten laborar porque «las mujeres no trabajan»), laboral, familiar, institucional, y un largo y desafortunado etcétera.
Si te identificaste con alguno de estos casos o crees estar en una situación de riesgo, es muy importante hablar, contar con alguien que te acompañe para poder salir: sea en tu familia, alguna amistad o conocido, incluso una asociación civil (o colectivo feminista). La autoridad puede protegerte, pero ya nos ha demostrado muchas veces que es algo lenta en actuar, así que es mejor contar con una red externa. También recomendaría investigar todo sobre la NOM-046, no entro en detalles porque es un tema algo extenso, pero puede ser de mucha ayuda.
Por una realidad donde no sea necesario tener estas conversaciones.
(Toda la información en este artículo salió de la OMS y el censo INEGI 2016, además de una serie de conferencias a las que asistí el viernes pasado, por lo que extiendo un agradecimiento a todas las grandes mujeres que me pasaron esta información.)
Itzia Ramos, estudiante de preparatoria. Ferviente defensora de la libertad y de los tacos al pastor con piña. Escribe poesía en su tiempo libre.