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En Loco Tidiano… San Valentín.

 

By: Rosío Morelos.

Existe un día del año en el que está permitido dar excesivas y ridículas muestras de la cursilería que llevamos por dentro, sin ser sometidos al bullying social, y ese sin lugar a dudas es el día de San Valentín.

No hay límites en los gestos de los enamorados, y por eso, (como si el mundo se hubiera volteado de cabeza), podemos ver a un pobre y escuálido adolescente, cargando a cuestas un gigante y panzón oso de peluche (que seguramente no va ni a caber en el cuarto de la prenda amada), o ver en el tránsito un carro tapizado de post it con frases y corazones que en otros contextos pueden producir náuseas, o incluso observar letreros espectaculares con declaraciones públicas que debieran ser más bien privadas y así evitar permear al tráfico con confesiones empalagosas.

Pareciera de pronto que recibir alguna muestra de aprecio el día 14 de febrero se vuelve una exigencia, razón por la cual (cuenta la leyenda) muchas personas se auto envían flores al lugar de trabajo para envidia de los colegas de oficina o se inventan citas con el “crush” de sus sueños.

Lo más curioso es que al parecer no siempre se tiene la habilidad de la imaginación a la hora de regalar, ya que lo más común son los peluches, las flores, los chocolates, los globos y los relojes, (acompañados siempre de cartas poco realistas que desbordan miel).

Los lugares más visitados dependen de la edad de los enamorados y del nivel de confianza en la relación. Una pareja de adolescentes probablemente escogerá el café si apenas están de “ligue”; si ya se puede hablar de “noviazgo” probablemente se prefiera el cine, ya que en lo “oscurito” se puede tener un poco más de intimidad. El mayor grado de confianza está marcado por buscar desesperadamente espacios en la casa de los padres, tíos, hermanos mayores, etc.

En una pareja treintona, se reducen los niveles de confianza (de tres a solo dos). En el primero se intercambia el café por el bar y en el segundo se invita a la pareja más bien a conocer la casa y a “ver” una película (de la que normalmente nunca se ve más allá de los primeros minutos). En el caso de que el treintón sea todavía un “chavorruco” que vive con sus padres se intercambiará la casa por un motel o la casa de un amigo.

No todo es miel sobre hojuelas este día, a veces el castigado bolsillo no nos permite ser lo amorosos que quisiéramos ser, razón por la cual muchas parejas buscan pleito el día 13 para no tener que regalar nada el 14 y ahorrarse unos buenos centavos. Dicen que no hay además nada mejor que las intensas reconciliaciones del 15, aunque siguiendo esta tradición, el que haya iniciado el pleito se puede arriesgar a que la pareja (al quedar vulnerable el día donde todo mundo les restriega en la cara sus relaciones) acepte por fin darle una oportunidad a esa persona que ha estado en la “friendzone” esperando paciente por una oportunidad para atacar.

Para quienes no tienen pareja, no hay impedimento para salir y celebrar, ya que afortunadamente también es un día dedicado a la amistad, y qué mejor manera de celebrar los entrañables lazos que siempre están alrededor de nosotros, que salir con ellos a disfrutar de la libertad (y si la libertad no es lo deseado siempre se puede beber hasta perder la conciencia y olvidar las penas, al fin que se cuenta con el apoyo incondicional de los compinches).

Luz Rosío Morelos. Egresada de letras, distraída de oficio.

Contacto: chio.moregu@hotmail.com

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