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La personalidad y sus rasgos tóxicos // By @Siibariita

Liz Gomez 02

Por Liz Gómez

Estar en contacto con los demás es una necesidad básica del ser humano, pero afectar el bienestar emocional de los demás no lo es. Por ello identificar a las personas tóxicas cobra importancia cuando se está en búsqueda de estabilidad.

Cada persona tiene su propia personalidad, la cual se ha formado a lo largo de la infancia y reajustándose en la adolescencia; entre los rasgos de esas personalidades están las personas tóxicas que se caracterizan por perturbar a quienes les rodean, impidiendo su bienestar emocional con ayuda de pésimas actitudes que contribuyen a sentimientos y actitudes negativas en sí mismos y en los demás, pocas veces inician cosas nuevas, no se responsabilizan de sus errores y constantemente la envidia los enviste ya que se sienten inferiores a los demás y prefieren observar a los otros que a sus propias carencias.

Cabe señalar que hay cierto tipo de estas personas que provocan caos e inestabilidad, algunos de estos tipos son: las personas que suelen poner culpas en los demás a causa de que les da miedo responsabilizarse de sus propios actos; las personas autoritarias las cuales denigran, reprimen y hostigan a quienes estar a su alrededor; los sujetos que son chismosos, ellos son así a causa de que no hay cosas positivas que compartir de sí mismos, por tal motivo hablan en exageración de los demás; las personas que descalifican frecuentemente, juzgan y critican a causa de su baja autoestima dado que nada es suficiente para ellos; personas agresivas verbales, son así ya que tienen bastante inseguridad que prefieren atacar sin ninguna justificación con el fin de provocar miedo, antes de que “los ataquen”; también están los sujetos que se quejan de todo, siempre son pesimistas ya que no saben sobrellevar sus emociones y por eso las reprimen teniendo como consecuencia lamentos, dudas e insuficiencias; están las personas que quieren tener siempre un rol de víctima ante las circunstancias con el fin de que los que están a su alrededor les resuelvan sus dificultades para así ellos de forma inconsciente no tener que esforzarse; por otro lado, están las personas psicópatas, estas son de las más tóxicas y perjudiciales ya que no sienten culpa al ser agresivos, manipuladores o traicioneros, pues son incapaces de sentir emociones positivas e incluso pueden aceptar sus intenciones de dañar y volver a intentarlo muchas veces sin remordimientos.

Es importante comprender que las personas tóxicas no son malas por gusto, sino han sido afectadas por diversas circunstancias a causa de un pasado complicado, es cierto que eso no debe justificar sus actitudes, por ello existen formas para ajustar sus malos hábitos, emociones y actitudes. Recuerda que una persona tóxica no se aprecia así misma, por lo tanto, no esperes que aprecie a los demás. Es recomendable también hacer una diferencia de las personas molestas y difíciles, de aquellas que son realmente tóxicas.

Hay que comprender que nadie debe depender del reconocimiento del otro para poder descubrir las virtudes que se tienen, hay que empezar por dejarse de comparar con los demás y empezar a observar lo positivo que los demás poseen, pues nadie puede ver en el otro lo que no tiene en sí mismo; analizar de manera frecuente tus pensamientos, sentimientos y tu estado de ánimo sin enjuiciarlo ayudará también a que estas actitudes tóxicas disminuyan. Si tú sabes que eres una persona así, asume que al final del día la soledad y una vida carente de éxito te esperan.

Recuerda que cuando se permite que una emoción negativa de alguna persona te afecte, el único responsable eres tú mismo, no esperes entonces que la basura se seque sola, eso jamás pasara. Alejarse o ayudar a personas tóxicas nunca será un acto de crueldad ni huida, sino de amor propio.

Nos vemos pronto con más palabras democráticas para el placer y la conciencia.

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