Con la chequera y las balas/ By @ManuelOchoa_

Por Manuel Ochoa

Con la chequera y las balas, así es como el Presidente Enrique Peña Nieto busca solucionar la crisis política-social-económica (y agréguele todo lo que pueda) que se vive en Michoacán. Más allá de un logro del gobierno estatal, quien dice que por fin le hicieron caso, el Presidente se ha caracterizado por moldearse en sincronía con la opinión pública. Los grupos de autodefensa hicieron un impacto de tal magnitud que hizo eco en toda la oficina presidencial.

Como bien saben muchos michoacanos, en especial los que viven en la región de Tierra Caliente, las autodefensas no nacieron hace poco, el 24 de Febrero se cumplirá un año de su nacimiento, pero entonces ¿por qué el aparato del Estado Mexicano fijó su atención en ellas apenas el mes pasado? Hay dos respuestas simples: en primer lugar empezaban a representar un peligro real para la gobernabilidad ante su crecimiento, pudiéndose replicar en cualquier Estado de la república y generar una crisis incontrolable. La segunda  respuesta es el efecto que tuvieron en la opinión pública y su impacto en la imagen internacional de México.

Desde la campaña presidencial la fuente real de poder del Presidente han sido los medios masivos de comunicación, en especial la televisión. A través de ellos llegó al lugar donde se encuentra y a través de ellos busca siempre expandir y consolidar ese poder. Los grupos de autodefensa tuvieron un impacto mediático significativo a nivel mundial. Los estrategas de Los Pinos informaron al Presidente que era momento actuar, y lo hicieron. No por la petición del Gobernador ni porque los michoacanos lo imploraban, sino por mera cuestión de imagen y opinión pública.

El apoyo presidencial a Michoacán, se derivó por la actuación de las autodefensas, entonces debe entenderse como un logro de estos grupos, no del gobierno del Estado que es como han tratado de venderlo los encargados de la comunicación social de este último, incluso en el informe (cabe recalcar aburrido, técnico y poco claro) del Gobernador.

A pesar del apoyo federal, existe una grave situación que debe atenderse a la brevedad: la reconstrucción de las instituciones estatales. La Federación no puede (ni debe) pasarse toda la vida en Michoacán, debe establecerse un plazo para que el gobierno estatal recupere la totalidad de su soberanía y el control del Estado, pero para que esto ocurra deben reconstruirse desde los cimientos dichas instituciones, sin las cuales no se puede hablar de un Estado de derecho. Pero actualmente no existe avance o siquiera iniciativa para hacerlo.

Sin instituciones estatales fuertes, limpias, eficientes y con mejora continua, Michoacán jamás podrá desarrollar todo su potencial. Quedan escasos 16 meses para una nueva elección, puede ser poco tiempo, pero si no se hace nada, Michoacán seguirá metido en la trampa política en la que lleva años sumido, buscando solucionar lo visible de sus problemas pero ignorando el fondo de los mismos. Tal cual sucede con los baches en Morelia, tapando el hoyo sin reconstruir el camino. Así de simple.

Twitter: @ManuelOchoa_

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