El estigma actual de ser michoacano/ By @gaeelico
Por Toño Aguilera
El annus horribilis por el que ha atravesado Michoacán en este 2013, no sólo ha implicado la decadencia y pudrición del proyecto político del partido en el gobierno, es decir el PRI, sino la descomposición del tejido social en particular de la tierra caliente, la fuga de capitales e inversiones, el desplazamiento forzoso de centenares de familias, la expulsión de mano de obra a otra entidad y a Estados Unidos, y la caída estrepitosa de la imagen del estado a nivel nacional e internacional.
Pese a todo, para muchos habitantes del estado, sobre todo aquellas que no viven en la región de tierra caliente, la más golpeada por la crisis, estas repercusiones no se han sentido en su vida diaria, por lo que argumentan que en general Michoacán está en paz y no pasa nada (@gobmichoacandixit).
Sin embargo, la constante difusión de enfrentamientos, escenas de violencia, asesinatos, irrupción de los grupos de autodefensa, gobernadores enfermos, ataques a policías, destrucción de subestaciones de la CFE, escándalos de la narco política, manifestaciones magisteriales, explosividad social, bloqueos, marchas, declaraciones de polarización política, y un interminable etc, está generando ya un tipo de daño que trasciende los meros límites territoriales de una región o de un municipio.
Más allá de las afectaciones a la imagen del estado y lo que ello implica en pérdida de turistas, ausencia de inversiones y fracaso de proyectos, una de las afectaciones más graves es en la condición ciudadana y de origen de los que somos nacidos en este estado.
El estigma de “estado violento”, “tierra de muerte”, “entidad en guerra civil”, y demás epítetos que los medios nacionales y los políticos se han dedicado a endilgar a Michoacán, y que forman de la campaña de estigmatización, acoso y discriminación más grave en la historia de Michoacán, está dejando una mácula, una marca, un estigma a los michoacanos.
Y los primeros avisos se están presentando por estos días: cancelación de conciertos y eventos, la negación de becas a estudiantes michoacanos que buscan estudiar en otras entidades o en el extranjero, revisión exhaustiva de los vehículos que portan las placas del estado cuando pasan por otras ciudades, caída del turismo, cierre de negocios, negación de empleo en otros estados, cancelación de proyectos, y otro terrible etcétera.
Si bien estos estragos no se sienten en lo inmediato, sí repercutirán a mediano y largo plazo. La imagen de violencia que se le impone al estado, se traslada a los habitantes del estado, y nos convierte en un pueblo marcado por las injurias y los señalamientos falsos, lo que genera discriminación.
Michoacán sufre del linchamiento mediático a nivel nacional, y sin embargo a la administración estatal priísta le importa más tratar de mantener una imagen de normalidad y pretende minimizar los problemas, cuando debería asumir una actitud más crítica ante la federación y ante los medios de comunicación nacionales.
La imagen de Michoacán y el estigma de los michoacanos no se van a resolver con discursos. Es necesario que las autoridades defiendan al estado y sus habitantes alzando la voz contra quienes propalan la campaña de odio, discriminación y estigmatización de un pueblo trabajador y noble.
@gaaelico