Don Paranoias. Solo por si acaso/By @inchiparis
Por Inchi Paris
¡Estúpida ciudad y sus estúpidos síntomas! Hace ya algún tiempo di cuenta de que soy un paranoico de primera por culpa de la vida en la ciudad. ¡Y cómo no serlo!
En la ciudad transitan miles y miles de personas que uno no conoce y se tiene que topar a cada instante. Uno nunca sabe si se encontrará algún psicópata, un asesino serial, un chango disfrazado o un vendedor de seguros. ¿Quién no se sentiría intimidado con ello?
El cuerpo y mente humano son tan maravillosos que nos generan una defensa natural y a veces demasiado forzada, llamada paranoia. Es esta fuerza mística que nos hace cambiarnos de lado de la calle cuando vemos a alguien “sospechoso” acercarse. O que nos hace escuchar pasos en la azotea o como si escucháramos que alguien nos dice al oído nuestro nombre. En muchos casos es nuestra má esperando que apaguemos la estufa ¬¬ o un pinchi fantasma de esos que nos miran con deseos morbosos en la noche. J…
Piensa mal y acertarás… La paranoia puede ser un recurso bueno pues en ciertas ocasiones puede ayudarnos. Yo nunca salgo de casa sin gritar “¡AHORA REGRESO!” indefinidamente, lo cual me hace sentir que si hay algún ladrón cerca, pensará: ¡Diablos, otra vez hay alguien en casa! Lo sádico de estas actitudes paranoicas sucede cuando te ataca sin razón alguna.
Changoonga.com no necesariamente adopta como suyos los choros, chorizos, morongas y chistorras publicados en ella y deja en sus respectivos padres (autores) la responsabilidad de todas las barrabasadas y debrayes que aquí plasman, producto de las ardillas hiperactivas que habitan en sus macetas. Si te gusta, ¡dale like y comparte!