HABEBAMUS PAPAM*. Escatología de la fe
Por: Oswaldo Calderón
De muchas formas han celebrado la dimisión al “trono de San Pedro” y como jefe de la transnacional Iglesia Católica, de Ratzinger o Benedicto XVI; un hecho que ha sorprendido a todos, menos a la propia iglesia. Los fervientes y detractores interpretan la renuncia al papado como “signo de luz” y fortaleza, e incluso humildad –en un sentido estrictamente pastoral-; mientras que otros lo ven como una consecuencia de las luchas internas del Vaticano y la actual crisis de la Iglesia Católica – una estrategia política de la curia romana-. Sólo una cosa queda clara: la Iglesia Católica de Roma, no está a la altura de las necesidades espirituales del mundo y sí de las necesidades terrenales.
Históricamente comprobado por la Iglesia Católica Ratzinger es el sexto Papa en renunciar; sin embargo, extraoficial se cuentan doce incluyendo al Obispo alemán y actual vicario de Cristo en la tierra hasta el 28 de febrero, donde a principios de marzo se llamará a un nuevo cónclave cardenalicio para decidir quién entre los muchos papables, sentará sus reales como Príncipe de la Iglesia Universal. El papado de Ratzinger considerado como temporal llega a su fin y muy accidentado; en ocho años de reinado, Benedicto XVI tuvo que exponerse al escrutinio internacional por los asuntos de lavado de dinero del Banco del Vaticano, su relación intima con la mafia y el narco, el poder de las logias masonas dentro de la curia, los casos de pederastia y protección de los sacerdotes pederastas y las luchas de poder político, corrupción y asesinato dentro de la iglesia que por mucho ha dejado el evangelio para convertirse en el botín personal de purpúreos y particulares.
La renuncia del Papa da para muchas interpretaciones y especulaciones, dos mil años de experiencia confieren al Vaticano la posibilidad de cualquier cosa, y sabemos históricamente que el poder de Roma es capaz de cualquier estrategia e incluso su maldad no tiene límites. Ratzinger no renuncia por enfermedad y es considerable entender como buen alemán, que no le gustaría exponerse como su antecesor Juan Pablo II, a la humillación de la carne, al ministerio del dolor e incluso al sacrificio como el beato Wojtyla; el doble discurso de la iglesia y su hipocresía demuestra sin duda alguna que los asuntos de la curia son de orden político y material, donde el poder del Estado Teocrático y los motivos para crear culpa con base en el pecado, que sirve para el enriquecimiento de la Iglesia Católica, están por encima de la fe, el alma y las necesidades de sus gobernados, en su gran mayoría, pobres, ignorantes y comprados con la promesa de la vida eterna. No hay mucha diferencia entre los fariseos de hace dos mil años y los actuales en la Basílica de San Pedro.
Divagando un poco, recuerdo la vez que Ratzinger vino a México y rehusó tajantemente ver a las víctimas del abuso sexual de los sacerdotes mexicanos, incluyendo el casi “santo” Marcial Maciel, protegido de Juan Pablo II, del Cardenal Norberto Rivera Carrera y Arzobispo Primado de México y del propio Benedicto XVI en su lamentable participación en ese entonces como Cardenal para la Congregación para la Doctrina de la Fe, antes llamada Santa Inquisición; cómplices todos de los abusos de pederastia, no sólo de los criminales con sotana mexicanos; sino de los cientos, en muchos países del mundo donde los pederastas dejaron por lo menos 100 mil víctimas sólo en USA.
Algunos verán la renuncia del Papa como signo de humildad, otros se alegran por la dimisión de un criminal que en lugar de retirarse a una vejez contemplativa en un monasterio, debería ser juzgado por crímenes de lesa humanidad. Juan Pablo II fue un enemigo acérrimo contra el comunismo y el socialismo, Ratzinger empezó un trabajo que su sucesor deberá enfrentar: una nueva cruzada contra el Islam y el mundo árabe; claro que todo será, por supuesto, con el permiso de Dios y en favor de su iglesia universal. En fin, sólo me resta esperar de usted, lector, una actitud crítica. Un día no muy lejano, cuando llegue la parusía, Cristo bajará de la Merkaba para darle en el hocico a la curia romana, por andarse haciendo fuera de la caja de arena y utilizar su nombre para traficar con el alma y las necesidades de sus hijos.
Gracias por leer, tener estómago y prender sus luces. Espero sus comentarios en esta nueva aventura y si gusta, pongo en sus ojos mi tuiter: @oswaldisimo
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* La expresión latina Habebamus Papam significa Teníamos Papa; se trata de la conjunción en primera persona del plural indicativo perfecto en pretérito del verbo habeo (tener, en español).