¿Porfirio Díaz o EPN?
Por Luis Bracamontes
Lo sé. Yo también me odio a mí mismo por dedicarle otra columna a EPN, bueno, ni tan dedicada a él. Este momento es para el señor Díaz; y no, no Bruno, sino Porfirio.
Él es una de las figuras peor vistas en la historia de México. Sin duda quien se encargó de escribirla, no le cayó muy bien *cough, cough PNR y PMR…o sea PRI*. Pero realmente no fue el gran mal para México como nos hacen ver.
¿Que era un dictador? Sí, pero también Juárez lo fue y a él sí se le celebra y… ¿Qué no al tiempo del PRI en el poder se le llama “la dictadura perfecta”?
¿Opresión y libertades coartadas?… ¿No lo han sido siempre? ¡Cuántos periodistas y misceláneos no son desaparecidos estos días o en los tiempos de Salinas y demás!
Ya casi nadie habla de la enoooorme deuda externa, pero durante su gobierno, México logró quitarse de encima toda deuda y la economía de México era el doble de abundante que la de Gringolandia en ese tiempo.
Durante su periodo en el poder no había vagos ya que él decía que un indigente era sólo una carga para el país; así que se les asignaban trabajos en el campo con comida y techo para que fueran productivos.
A Díaz le podemos agradecer que México haya sido un atractivo para la inversión extranjera de donde salieron las vías ferroviarias y la infraestructura petrolera. Incluso pactó la expropiación del petróleo con E.U. para un año más tarde de lo que Cárdenas lo haría; o sea, él sólo adelantó lo inevitable y se le celebra de más.
Claro está que ningún gobierno es perfecto y todos tienen cola que pisarles. Pero a diferencia de su sucesor (Madero) que era sólo una marioneta (¿a quién me suena?) y sólo duró un año en el poder, él sí hizo muchas cosas en beneficio del país.
Ésas son las ventajas de un proyecto de Estado con seguimiento.
Eso sería todo por hoy, pero claro que no hay que olvidar dar los respectivos créditos y las gracias por la papilla de información recibida proveniente de chorrocientos libros consultados por el Dr. Enrique Vargas, mi profe.
C’est tout, bellezas !
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