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El senador con licencia y aspirante a la gubernatura del estado de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, nuevamente da de qué hablar, y ahora no porque su esposa puso de moda el “fosfo, fosfo”, ni porque confundió un centro para niños con cáncer con albergue para perros o por cancelar simbólicamente una refinería, sino porque contó un “duro” momento de su vida.
En una entrevista con Farid Dieck, el abogado de 32 años, contó que a sus 15 años la vida le fue difícil, pues su papá lo puso a trabajar y que este era muy “estricto” con él, pues en una ocasión lo llevó a la oficina para su propio sustento.
“Me voy con él a la oficina y todo el camino me fue diciendo ‘ya gastaste muchos dólares, yo a tu edad ya me mantenía, ya es momento de a jalar o no hay lana’, yo todavía estaba en prepa y tuve que empezar a ir a la oficina”, explicó García.
Agregó que su horario de trabajo empezaba a las 8 de la mañana y terminaba a las 2 de la tarde y que no le daban lounch.
“Papá le decía a mi mamá: ‘no le hagas de comer pa’ que se venga a comer acá, aquí le voy a tener su comida’, entonces luego me iba a la oficina y ya más tarde me iba al americano”.
El político recordó los hechos como algo “bien duro” porque para que le dieran su pago quincenal tenía que ir a jugar golf con su papá y terminar una partida de 18 hoyos.
“Era bien duro porque me decía: ‘si quieres que te pague la semana te tienes que ir conmigo al golf el sábado, y terminando los 18 hoyos te pago la semana”.
Samuel, agregó que eso fue motivo suficiente para “odiar” a su papá, pues se levantaba temprano y se iba a jugar golf con él.
“Entonces lo odié porque mi raza salía los viernes, y yo pues salía también los viernes, te metías a la una, dos de la mañana y te levantaba a las cinco porque el ‘tictime’ era a las seis y media, y si no me levantaba a jugar… odié el golf”.
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Pero agregó que todas esas cosas, las ha superado y actualmente le tiene una gran estima a su papá, y le agradece por enseñarle el trabajo duro.
