Los tamales de Marichuy // By Juriath Cervantes
QUE LA PRECANDIDATA INDEPENDIENTE MARÍA DE JESÚS PATRICIO, “MARICHUY”, FUE CAPTADA ANOCHE CENANDO TAMALES, acompañada de su equipo y con un semblante relajado, pues venía de un mitin en Aquila donde fue bien recibida por indígenas de la región.
Sin embargo, en no pocos medios circuló durante varias horas anoche –y todavía este lunes algunos lo siguen afirmando- la versión de que la aspirante presidencial había sido blanco de un ataque armado a su paso por el municipio de Tepalcatepec.
La fuente era un breve comunicado del Concejo Nacional Indígena, donde se alertaba que hombres fuertemente armados habían consumado la agresión contra la caravana y despojado de sus equipos a varios periodistas.
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EN REALIDAD, LA PRECANDIDATA SIEMPRE ESTUVO A SALVO. Ella y su comitiva recorrieron sin contratiempos la carretera que cruza la sierra desde Aquila hasta Tepalcatapec, para luego dirigirse hacia Pátzcuaro.
Lo que sí ocurrió fue que un vehículo donde viajaban tres periodistas –que varios medios aseguraban que eran extranjeros-, quienes cubrían la gira de la aspirante presidencial, fueron interceptados por personas armadas y despojadas de sus equipos de trabajo.
Los periodistas pudieron continuar después su trayecto y este lunes acudieron a presentar su denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del Estado, y desde la misma noche del domingo integrantes de la Unidad Estatal de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas establecieron contacto con ellos para brindarles atención y orientación jurídica.
Hoy, la pelota está en la cancha de la autoridad para investigar, esclarecer y hacer justicia por este lamentable robo que atenta contra el ejercicio periodístico. Y a eso nos sumamos y sumaremos siempre cuando suceda en México o en cualquier parte del mundo.
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“LAS FALSAS NOTICIAS CONSTITUYEN EL NUEVO DESAFÍO PARA PERIODISTAS Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN. LA TENTACIÓN ES GRANDE, PERO LA RESPONSABILIDAD DEBE SER MAYOR…”, redactó ayer un conocido periodista michoacano, a la luz del manejo informativo que se le dio a este caso.
Y es que durante los primeros minutos después del primer reporte del Concejo Nacional Indígena, corrieron versiones de que los agredidos habían sido periodistas locales –a los que incluso se les había despojado de sus teléfonos celulares y estaban incomunicados; nada se sabía de ellos-.
En realidad, ese grupo de periodistas se encontraba en un punto muy distante a donde ocurrieron los hechos, pero por la geografía donde estaban se habían quedado sin señal durante un lapso de dos horas. Cuando se enteraron de que estaban siendo buscados por cielo, mar y tierra –debido al “ataque armado” del que fueron víctimas-, aclararon estar bien, sorprendidos por ser noticia, pero también agradecidos por la búsqueda que partió de una desinformación.