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Las dos bombas de agua de presión que distribuyen el líquido vital dentro de la prisión se descompusieron, por lo que el segundo y tercer nivel del penal se quedaron sin distribución del agua potable. Estas bombas están diseñadas para que trabajen por un par de horas, las cuales deberían de llenar seis tanques que deberían distribuir el 100% del agua sin problemas, pero estas bombas se ponían a trabajar de 10 a 12 horas diarias, lo que ocasionó que se descompusieran.
La problemática es más profunda, ya que los verdaderos problemas radican en la falta de mantenimiento a la infraestructura de esta cárcel, se observa que son muchos años los que la infraestructura ha estado abandonada, las dos bombas descompuestas de 15 caballos de fuerza deberían abastecer a seis tanques que distribuyen el agua.
El penal de Mexicali tiene una ocupación de 2,486 presos, de los cuales 189 son mujeres, este CERESO tiene un 137% de sobrepoblación, el estrés que viven los internos por este problema puede ser un foco rojo para una cárcel de este tipo.
La prensa pudo observar en el recorrido que los tambos de agua se encuentran llenos, esto ayuda para que no se cree un problema sanitario por falta de agua, sin embargo esta no puede ser distribuida.
El tema del Cereso no solo es un tema de salud, también es un tema económico, ya que no se cuenta con dinero para el mantenimiento por parte de las administraciones gubernamentales y que debe de resolver la autoridad penitenciaria.
Las autoridades a cargo de esta cárcel aseguran que el agua nunca ha faltado dentro de este centro penitenciario, las familias de los presos tuvieron una reacción inmediata ante la emergencia de la falta del agua, se organizaron y comenzaron a donar porrones y tambos de agua para abastecer los tres niveles de celdas de la cárcel.
