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Crisis perredista // By @edi_changoonga

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Por Edi, la Editorial

El problema del PRD son los perredistas, y el problema de un candidato perredista no es ganar una elección, sino superar los contratiempos intestinos de una precampaña que lo desgastan entre sus correligionarios. El problema con el perredismo tiene un origen simple: la lucha del poder por el poder a través de grupúsculos facciosos como son sus llamadas tribus internas. El daño infligido a su estructura por estas facciones que funcionan de manera similar a los virus no pasó por alto para un personaje caciquil como Cuauhtémoc Cárdenas, quien hace algunos meses condicionó su regreso a dirigir el sol azteca a cambio de que desaparezcan esas cuasi pandillas.

Pero la suerte del PRD ya está echada, poco a poco ha sido relegado a una mísera cuarta posición y su destino parece ser su absorción por el pujante MORENA.

Lo que acontece con el sol azteca en la entidad es una suerte de luchas igualmente intestinas que lo han minado, a punto de enfermedad crónica incurable. Y no es secreto que el gobernador Silvano Aureoles ha trabado conflicto por el control de su partido ante el exgobernador Leonel Godoy, Fidel Calderón y demás pseudoperredistas como el diputado local Juan Pablo Puebla, los cuales se empeñan en apoyar abiertamente, desde su posición política, a un candidato ajeno: AMLO y la franquicia de MORENA. De hecho, Fidel Calderón se mostró orgulloso de afiliar a por lo menos 27 mil perredistas al proyecto obradorista durante el mitin del pasado domingo.

Ante situaciones como estas, alguna parte del perredismo local buscó contraatacar con lonas distribuidas en distintos puntos de la ciudad en las que acusan a Fidel y Leonel de traidores. Todo esto es solo un asomo de lo que se avecina.

El hecho de que los disidentes no deseen apoyar al gobernador hacia una candidatura presidencial en el 2018, podría ser interpretado no solo como una falta de lealtad, sino de desprecio ante la mayor posibilidad que tiene Andrés Manuel de ganar la elección, después de todo, el tabasqueño ya tiene más de 12 años haciéndole la lucha.

El conflicto interno amarillo ha alcanzado proporciones tan dramáticas que hasta funcionarios grillos como el secretario de Fomento Económico, Antonio Soto, se han procurado mantener al margen de estas lastimosas pugnas para no salir innecesariamente raspados.

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