La desventura de hacerte que la virgen habla // By Luis Fabián Fuentes Cortes
Por Luis Fabián Fuentes Cortes
Aún recuerdo el día que recibí esa llamada, eran alrededor de las 6:30 de la mañana. Una maestra de la entonces Casa de la Cultura de Zamora, me llamó con un tono entre rabia y tristeza para comentarme de que algunas bardas habían caído por obra del espíritu santo durante la noche. Nos pusimos a investigar, quizá hubo personas dando vueltas alrededor de la Casa de la Cultura, quienes seguramente traían con ellos el Arca de la Alianza. Preguntamos a los vecinos si ellos habían visto a misteriosos sujetos con túnicas blancas, o si habían escuchado el sonido de cuernos durante la noche. Pero no, nada de eso, era un milagro no visto desde las épocas bíblicas de la caída del muro de Jericó. Apenas estaba contemplando volverme a la religión, ante esa manifestación de poder divino, cuando nos enteramos de que la misteriosa caída de los muros había sido obra de albañiles poco divinos, enviados por un poco cristiano sacerdote, que actuando al amparo de la noche, cual vil ladrón de vecindad, mandó derribar los muros.
Se hizo la denuncia pública y en el camino de esa lucha, nos hemos enterado de que el terreno donde está la Casa de la Cultura y el Centro de Salud pertenece al Estado, esto significa que pertenecen a la población, el gobierno es un administrador que en teoría fue electo por la comunidad, recibe su salario de los miembros de la misma para defender sus intereses, pero obedece a los designios divinos de no sabemos quién. Pero cuenta la leyenda, encontrada en el códice marsupial, encontrado en las faldas de la Beata, que un día, los susodichos representantes, se fueron de excursión al cerro y por allá se les apareció la virgen. Desde ese día, parece que la virgen les habla todo el tiempo. La razón: “no se pueden (¿o quieren?) meter con el representante del Señor”… vaya usted a saber de cual señor sea representante, porque el de la Biblia decía Mi reino no es de este mundo y acá el representante se la pasa armando relaciones con las muy mundanas autoridades. Igualmente, el señor de los tiempos bíblicos, no tenía donde recostar la cabeza y acá al representante en el rancho le urge una casa de huéspedes con todas las comodidades. Es evidente que el voto de pobreza no existe en su congregación.
Bienaventurados ustedes los pobres, porque de ustedes es el reino de Dios.
Pero por lo pronto, se joden y el Centro de Salud, que es precisamente para atender a los pobres, sí, esas personas que alegremente dan sus limosnas, son las primeras afectadas por la construcción de los proyectos del padre Ventura.
Así hay personas, que como diría San Pablo: Profesan conocer a Dios, pero con sus hechos lo niegan, siendo abominables y desobedientes e inútiles para cualquier obra buena.… Pero ¡momento! si han hecho, buenas obras… Pero de construcción, ahora tenemos un Santuario a todo lujo… Y un Centro de Salud en ruinas donde el gobierno del Estado no mete ni las manos para darle mantenimiento y solo se avienta sus promesas de reubicación y nada. Más allá de la entrega en forma ojete que están haciendo del Patrimonio de los michoacanos a un particular y en una sociedad donde cada vez se cuestiona más la identidad religiosa católica haríamos bien en cuestionar ¿Por qué se hacen que la virgen les habla cuando este particular se comporta como un hooligan?
– ¿Por qué desmadró la barda?
– ¡Nomás!…. (Léase con voz de Héctor Suárez)
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
El principal interés de Jesús, acorde con las escrituras, era el bien estar de los pobres. Era un buen tipo, se juntaba con la escoria de la sociedad, con prostitutas y recaudadores de impuestos. Daba mensajes de amor y sanaba enfermos, no derrumbaba las bardas de los lugares donde los enfermos se atendían.
La caña cascada no quebrará,
Y el pábilo que humea no apagará.
Pero, carajo, si ve que el edificio sigue funcionando y se está cayendo, ¿por qué pinches llega y le mete otro madrazo? Fuera máscaras, su reino sí es de este mundo, por eso necesita apropiarse de terrenos públicos en la tierra donde todo se corroe. ¿Los tesoros espirituales? Bueno… Esos ahorita no importan. Chingue a veinte el Centro de Salud y que surja una Casa Curato.
Esperemos que los verdaderos cristianos, esos que siguen el ejemplo de aquel humilde carpintero que no le faltaban pantalones (y eso que usaba túnica) para denunciar a los escribas y fariseos, falsos líderes religiosos de su época, que colaban el mosquito pero se tragaban el camello, no se queden callados. De hecho, a Jesús lo torturaron precisamente por denunciar a esos líderes. No permitan que en el nombre de algo sagrado se proteja la mezquindad, la avaricia y se pongan en peligro los servicios de Salud de la Población. Esta operación hormiga, nos suena a un contubernio entre la gente del Santuario y gobierno del Estado: Por un lado, no le damos mantenimiento al edificio y por otro, vamos derrumbando poco a poquito.
Es más, demuestren que aún les quedan dos gotitas de madre y en lugar de pedirle a la comunidad interesada que ellos busquen un dictamen que salve al centro de salud, lo cual es un distractivo para que el movimiento se vaya a buscar dictámenes que ustedes se piensan pasar por la entrepierna (no pretendan darle atole con el dedo a la gente), y hacer una demolición con recursos públicos para después entregar el terreno, a ya saben quién, mejor hagan algo diferente al bisne al que están mal acostumbrados: Usen el terreno para el Centro de Salud que la gente merece, no un dispensario jodido donde le den mejoralitos y hagan limosnas mientras se cagan en el prójimo. El centro del conflicto ni siquiera es el edificio, sino que están entregando el patrimonio del Estado a un particular y debilitando los servicios de salud de la población. Háganse un favor haciendo lo que les enseñaron en el catecismo… y no, no es obedecer al sacerdote…
Se debe exigir al gobierno actuar como administrador a favor del pueblo y no del proyecto de la casa curato de una confesión religiosa. Reparación de los daños (con dinero de los que lo perpetraron, ya solo falta que se carguen al erario las travesuras de don señor), mantenimiento permanente al edificio. No queremos parches que impliquen futuras y convenientes demoliciones hormiga (Sí, ya los vi poniendo unas pinches laminas para taparle el ojo al macho). Es más, de una vez, que se retome el proyecto original, donde el centro de salud tenía una sala de maternidad donde era la casa de la cultura, si se debe demoler, que se haga, pero para construir espacios de salud dignos y no para hacer una entrega a modo de un terreno que pertenece a los michoacanos.