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«Uno de los ocupantes bajó y se puso de rodillas con las manos en la nuca; dijo que no tenían armas y suplicó a los federales que no dispararan, pero cayó muerto de tres balazos que hasta retumbó cuando se escucharon», indica un testigo tras la jornada violenta del día de ayer en Apatzingán.
Ha sido el medio Reforma quien a través de un testigo, quien asegura que el día de ayer no fue un enfrentamiento, ya que integrantes de las fuerzas federales, dispararon a por lo menos 3 civiles que no estaban armados.
De acuerdo a dicho testigo, narró que fue antes de las 8:00 horas de ayer, que dos camionetas particulares fueron alcanzadas por unidades de los federales quienes sin piedad accionaron sus armas de fuego, a pesar de que las víctimas les gritaran «¡No disparen!».
«Lo que vi no se le puede llamar enfrentamiento porque los civiles no estaban armados; eran civiles que, si acaso, tenían un bat o palos, una persona se bajó de una camioneta y suplicó a los azules (federales) que no dispararan, que no tenían armas. Los civiles nunca dispararon, por eso no es un enfrentamiento», relata.
Por su parte las autoridades tanto del estado, como el propio Comisionado Alfredo Castillo, habían indicado que solamente hubo un solo muerto, sin embargo a través de fotografías que se dieron a conocer en las redes sociales con los cuerpos de las personas que fallecieron, confirmaron únicamente 9, aunque extraoficialmente se habla de más de 14 los muertos.
Asimismo Castillo Cervantes afirmó fueron 44 las personas detenidas, mientas que las armas aseguradas fueron 14 largas, 5 cortas, una granadad de fragmentación, cartuchos útiles de diversos calibres y 23 vehículos.
En al menos un par de fotografías, se han mostrado los cadáveres de una familia, así como de un grupo de hombres que se encuentran apilados, en el segundo caso, con armas y cartuchos incluso «acomodados».
El testigo refirió a Reforma que los uniformados, «Los venían persiguiendo, eran una camioneta gris y una negra y le dieron alcance los federales, cuatro vehículos de los azules (policías), se bajaron y los rodearon. Yo vi todo desde el principio y vi que los civiles nunca tuvieron un arma en sus manos. Yo vivo a dos calles de ahí, vi todo, a uno que ya se había rendido le metieron tres balas, pero eran balazonones, pum pum pum, se dobló. Eran como unas cuatro camionetas de los azules (policías federales), después unas dos camionetas de los militares llegaron, luego ya no supe qué pasó; me fui por miedo».