STAFF / Especial
“Soy una mujer primitiva. No oculto lo que soy ni lo que siento”, decía en 1975 en reportajes especiales la ya conocida matriarca de La Gran Familia, Mamá Rosa.
Rosa del Carmen Verdusco Verdusco es una mujer de 78 años, nacida en Zamora, Michoacán e hija de un acaudalado industrial, por lo que nunca le faltó nada, siempre tuvo sirvientes a su merced. Desde los 14 años ya acudía a una escuela de segunda enseñanza y era presidenta de una comisión escolar, encargada de labores sociales, lo cual hizo que se topara con el caso de Maciel, un niño de tan solo 10 años que fue abandonado por cirqueros en la localidad.
El caso de Maciel ‘ablandó’ el corazón de Rosa, quien le dio un sustento al descubrir que no existían orfanatos en la localidad y con el tiempo se hizo cargo de más niños de la calle, alquilando posteriormente un hogar para ellos y contratando a una persona mayor para que los cuidara ya que ella aún era menor de edad.
“Además, necesitaba estar absolutamente segura de que aquella era mi vocación. No iba a jugar con la vida de unos niños. No sería justo que me ocupara de ellos durante algún tiempo para luego decidir que era una carga demasiado pesada para mí y abandonar la tarea”, señalaba Rosa en aquél 1975 para la revista Selecciones de Reader’s Digest en su edición de enero.
Con el tiempo Rosa se dio cuenta que necesitaba dinero para mantener su causa ya que no podía pedir a su padre ya que no la apoyaba, por lo que trabajó en la Fundación Mier y Pesado y regresó a Zamora hasta 1954 cuando su padre había fallecido ya, por lo que se quedó en la ciudad y siguió aceptando a todos los niños que necesitaban de un hogar, registrando como hijos naturales suyos a los menores de un año.
Al año de 1960 Rosa ya tenía a su cuidado a 40 niños, por lo que se vio en la necesidad de buscar un terreno y organizar a sus ‘hijos’ para que aprendieran diferentes labores y contribuyeran a la construcción que estuvo habitable tres años después, llevando el nombre de “Escuela Primaria de La Gran Familia”, recibiendo aportaciones en ese entonces de la misma sociedad de hasta 100 mil pesos anualmente, 12 mil de los mismos zamoranos y 18 mil pesos del gobierno federal.
La Gran Familia también albergó a jóvenes infractores de la ley, a los cuales se les aplicaron técnicas de aprendizaje según sus tratos con los demás, obteniendo la confianza de jueces, abogados, autoridades y la misma sociedad.
Rosa se decía totalmente feliz y realizada con su labor, lo cual la hacía no buscar ni desear nada más, pues su plenitud estaba en ver a un niño desarrollándose para bien suyo.
Así sucedió por décadas, hasta que este lunes 14 de julio, fuerzas federales realizaron un operativo en la casa hogar, dando a conocer este martes que existen indicios Delitos como abuso sexual, secuestro, así como el obligar a los niños a pedir limosna y vivir entre plagas de ratas, piojos y pulgas, además de tráfico de órganos, según señaló el procurador de la República Jesús Murillo y el gobernador de Michoacán Salvador Jara. (Lee aquí la nota completa)