Receta
Por Luis Fabián Fuentes Cortés
Cualquier problema es único. Esto no se reduce al campo de las ciencias. Aún ahí, no existen fórmulas que nos permitan resolver problemas concretos. Eso solo ocurre en los libros de texto. Normalmente, lo que hacemos es aplicar algún principio que nos permita pasar de lo abstracto, las leyes o principios científicos, a lo concreto.
Igual pasa en la vida cotidiana, no existe un libro o manual que nos permita enfrentar cada situación en forma particular. Generalmente actuamos en base a una serie de principios que hemos aprendido desde muy pequeños. La forma de vida, la contradicción, la realidad, son factores que terminan influyendo en la forma que se modifican, refuerzan o desechan tales principios, de tal forma que no hay un principio inamovible. Decir lo contrario es solo una cuestión idealista, no necesariamente cierta.
Mi amigo Julián era un afecto hombre de rutinas. Su despertador sonaba todos los días a las 5:00 am. El sonido del despertado desencadenaba una serie de rituales. Cada hora del día tenía una asignación. Todo estaba cronometrado y mecanizado. Para freír un huevo seguía la rutina: Calentar sartén, agregar aceite, añadir dos huevos, poner sal y servir en un plato.
Cumplía religiosamente con el hábito desde hacía siete años. Hasta las fiestas tenían horarios. Por eso las odiaba. Sabía que tenían como característica esencial la impuntualidad. Eso no correspondía con su métrica de vida. Así que dejo de ir a ellas. Prefería el cine, donde las películas comienzan a una hora y no hay posibilidades de que algo cambie la manecilla.
La vida hubiera continuado así. Al compás del reloj. Hasta que un día se enamoró. Sin embargo, el amor no llegó junto con sus expectativas. El amor y el enamoramiento llegaron a horas separadas. Esto lo molestó. Mandó todo al diablo. En su último delirio, arrojó el despertador por la ventana junto con la foto de su amor imposible.
Al siguiente día, se levantó a las 9. Agregó jamón a los huevos y comió directo de la sartén… ni siquiera lavó el plato.
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