Según testigos un grupo armado de al menos 10 hombres irrumpió alrededor de 4 viviendas, entre ellas la de la periodista Anabel Hernández, el pasado 21 de diciembre en la colonia San Juan Totoltepec, en Naucalpan Estado de México.
Los sujetos entraron por una ventana, la cual no fué dañada, y aparentemente usaron barretas para abrirla, así mismo las puertas de la vivienda no fueron forzadas, por lo que se presume que botaron los seguros.
Según versiones de los vecinos hechas al diario Reforma, el suceso causó pánico entre las personas de la calle Río Echegaray, ya que los sujetos portaban armas cortas y fusiles y causaron incertidumbre al menos durante media hora.
Aún cuando a una cuadra del lugar se localiza un módulo de seguridad, ninguna autoridad intervino.
Vecinos aseguran que el comando armado primero se identificaron como agentes judiciales, después que eran «Zetas» y finalmente dijeron que eran Polícias Federales y que realizaban un operativo en la zona.
Detalla el diario que los sujetos llegaron en camionetas particulares sin placas, vestidos de civiles y comunicándose con palabras como «jefe» y «comandante» al momento de allanar los domicilios y arrancaban dispositivos de los sistemas de vigilancia.
Además levantaron a 2 personas, entre ellas a un escolta (asignado por la Procuraduría General del Distrito Federal luego de que se publicara el libro Los señores del narco, en 2010) de la periodista Anabel Hernández, el cual se encontraba afuera del domicilio de la periodista y fué subido a una camioneta para más tarde abandonarlo en otro punto del Estado de México.
La periodista que en ese momento no se encontraba en su domicilio, interpuso la denuncia correspondiente ante el agente del Ministerio Público de la Federación adscrito a la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, de la Subprocuraduría de Derechos Humanos de la PGR, con el expediente AP.179/FEADLE/2013.
En marzo de este año, la periodista canceló su visita a Chihuahua para presentar su libro «México en llamas», debido a las amenazas de muerte que había recibido.
Aseguró la periodista que los agentes de la PGR son los mismos que la han amenazado, por lo que no garantizan su seguridad, y dijo que instancias internacionales como el gobierno de Francia interceden para que el gobierno del DF siga ofrenciéndole custodia.
Finalmente recriminó que el Estado no garantice la seguridad de los periodistas ni de los ciudadanos ya que no les importan.