Cinema Dude…El Tesoro De La Sierra Madre

By: Héctor García Ramírez

El 16 de septiembre de 1847, la bandera de Estados Unidos ondeaba en Palacio Nacional. Malas decisiones, incompetencia y rivalidades al interior del ejército mexicano permitieron que, en unos cuantos meses, la joven potencia norteamericana ganara su primera guerra importante. Sobre lo que debía hacerse, había varias posturas; Melchor Ocampo proponía que no negociaran con los invasores, sino que se organizaran guerrillas que hicieran imposible la ocupación a largo plazo. Todos sabemos lo que pasó: el gobierno pactó con los gringos y se produjo un trauma nacional del cual, algunos dirán, todavía no nos hemos recuperado.

Seguramente algo sabía don Melchor sobre los mexicanos y sobre el peculiar territorio que habitamos. Menos de veinte años después, el ejército francés fracasó en aplastar las guerrillas liberales que acosaban a los invasores enviados por Napoleón III y, como colofón de la aventura imperial en México, cuenta la leyenda que, mientras era trasladado de Querétaro a la Ciudad de México, el cadáver de Maximiliano cayó a un arroyo, por lo que tuvieron que colgarlo para escurrirlo por completo y evitar que el cuerpo a medio embalsamar se pudriera. ¿Cómo podían triunfar los invasores si hasta los ríos y caminos les mostraban hostilidad?

El Tesoro de la Sierra Madre, adaptación de la novela homónima de B. Traven, nos cuenta la historia de tres estadounidenses varados en Tampico, Tamaulipas, durante los años 20, que deciden probar suerte buscando oro en las montañas de Durango.

Se cuenta que el rodaje fue bastante accidentado. Los habitantes de Tampico que presenciaban la filmación, molestos por la manera en que se retrataba al pueblo, se inconformaron, lo que obligó a que pararan la producción durante algunos días.

En cuando lo que sucede en pantalla, el optimismo inicial de los aventureros en busca de oro pronto empieza a evaporarse. Y es que encontrar una veta suficientemente grande no es tarea sencilla, además hay que ubicar una fuente de agua cercana para filtrar el metal, lidiar con bandidos, pero, sobre todo, con la mutua desconfianza que comienza a surgir entre ellos, especialmente en el ambicioso Dobbs, interpretado por Humprey Bogart.

Además de ser un indudable clásico de la cinematografía, que se llevó los premios Oscar a mejor guion adaptado y a mejor director, El Tesoro de la Sierra Madre ha sido interpretado como una historia de degradación moral provocada por la ambición y la avaricia. El final -que no voy a revelar- puede leerse como una lección moral, pero quizá también se explica por el lugar donde suceden las cosas: una tierra que estos tres gringos no terminan por comprender del todo, donde los ladrones te matan para robarte unas botas y tres burros, pero no saben reconocer el oro cuando lo ven; un sitio donde la tierra reclama sin misericordia aquello que le sacamos con tanto esfuerzo, donde los ríos y los caminos no respetan a los nobles europeos y donde el mejor ejército del mundo termina derrotado. Mejor le hubiéramos hecho caso a don Melchor.