STAFF/ Margarita Arreola @Arreolamargui
El pasado Domingo de Ramos, la comunidad religiosa de la Nueva Jerusalén realizó la bendición de palmas y misa con una multitud de gente, aun cuando se han restringido este tipo de eventos por la pandemia del coronavirus; los comuneros denominan al COVID-19 como el «virus del miedo», del cual aseguran estar protegidos por la madre de Dios, la Santísima Virgen del Rosario.
A pesar que la autoridad estatal y municipal les ha hecho llegar documentos y han sostenido reuniones para que no se realicen las actividades de Semana Santa, los creyentes han hecho caso omiso.
«Se dicen protegidos por la Virgen, dicen que ahí no habrá contagios», comentó en entrevista telefónica, Teresita de Jesús Vega Campa, de asuntos religiosos de la Secretaría de Gobierno de Michoacán.
A pesar de las recomendaciones y medidas sanitarias impuestas a nivel nacional, los habitantes de la comunidad religioso se negaron a suspender las actividades de culto, por lo que las están realizando al interior de su congregación mientras los filtros de sanidad han regresado a peregrinos de otros estados que viajan en autobuses y vehículos particulares, aseveró Vega.
La ermita concentra casi a 3 mil habitantes, lo que hace peligroso que haya eventos masivos por los posibles contagios de Covid-19, sobre todo debido a las peregrinaciones que acostumbran hacer en Semana Santa; sin embargo tampoco se puede utilizar la fuerza pública para evitar sus actividades de culto y que se mantengan en casa.
Ante el desacato a los oficios de la autoridad que prohíben la realización de eventos masivos, se tomó la decisión de no dejar entrar a ningún visitante que tenga como destino la ermita de la Nueva Jerusalén, en el municipio de Turicato.