STAFF/César Hernández -@CesarHdzNoti
Con lágrimas, desesperada y con un sentimiento de impotencia, Doña Ofelia Moreno, pide ayuda para que no la despojen del predio comunal donde ha vivido durante 40 años, en la comunidad indígena de San Bartolo Cuitareo.
La tarde de este día se vio en la necesidad de trasladarse hasta Morelia para dar a conocer a los medios de comunicación la situación de riesgo que enfrenta en esta población ubicada en el municipio de Hidalgo, Michoacán.
“Soy una mujer viuda, sola, sin que nadie me dé una mano, una ayuda, he sido amenazada, golpeada, cacheteada, me sacaron todas mis cositas a la calle”, señaló sollozando.
La mujer otomí, expresó que ha visto el daño que se hace en su comunidad, la tala clandestina, el despojo de las tierras y que no existe nadie que la defienda.
Ahora doña Ofelia, teme por su vida ya que indicó es víctima de amenazas por no dejar que se ejecute una sentencia de un juez para entregar su predio de al menos una hectárea a un comerciante del lugar.
Durante la rueda de prensa estuvo acompañada de su abogada, Verónica Bedolla, quien explicó que llegó a la ayuda después de que el juicio estaba avanzado, pero advirtió que el proceso está lleno de irregularidades.
Dieron a conocer hechos de violencia, discriminación y violación a los derechos humanos por parte de jueces del Supremo Tribunal de Justicia de Michoacán.
Explicaron que la señora estuvo indefensa durante mucho tiempo ya que no fue asistida correctamente, además de que corresponde a un juez en materia agraria y no civil el llevar este asunto, de lo que pareciera otro acto presuntamente de corrupción.
La abogada resaltó que la propiedad de Ofelia tiene gran plusvalía ya que se encuentra a 5 minutos del centro de Ciudad Hidalgo, pero es complicado entablar un juicio contra alguien que tiene gran poder económico, mientras que su representada cuenta con lo mínimo para sobrevivir.
“Me amenazan con desaparecerme por defender mi tierra comunal…” parte de lo que se lee en el cartel que muestra ante las cámaras.
Ofelia Moreno también es considerada como una luchadora y defensora de la naturaleza, ya que en algún momento fue parte del Consejo Comunal donde buscó evitar la tala inmoderada.
Por otra parte, señaló que le destruyeron parte de su casa, mataron animales de granja y rompieron moldes donde hacía sus artesanías.
Para subsistir vendía objetos de barro, y diferentes productos de su pequeño huerto ya que su terreno lo utiliza principalmente para sembrar maíz.
Ahora esperan que los jueces se apeguen a las leyes y eviten la parcialidad para lograr una justicia efectiva ante una situación de desigualdad económica.