Journal Rebel… Tiroteo Escolar #289
Empujo la puerta y la luz del día me ciega. /Caigo mientras hombres se acercan/ y me piden levantarme, las manos en mi cabeza. / Caminamos en fila al patio de la escuela
By: Itzia Ramos
Empujo la puerta y la luz del día me ciega.
Caigo mientras hombres se acercan
y me piden levantarme,
las manos en mi cabeza.
Caminamos en fila al patio de la escuela
mi madre me espera llorando
y me dice que me ama,
pero yo no puedo responder.
Las palabras queman mi garganta
y mis manos
no dejan de temblar.
La muerte y yo nos volvemos viejas amigas,
¿quién sino ella para saber de silencios?
en este cuerpo existe demasiado dolor
como para sacarlo,
se aloja en cada una de mis células
y me recuerda, a cada segundo
que mi existencia nunca será la misma.
Soy la interlocutora de tragedias ajenas
la transeúnte atrapada entre dos fuegos
ninguno es amigo y ninguno me escucha,
me asfixio,
no soy una pared para pintar sobre la sangre
no soy un vidrio roto para reemplazar
he perdido cualquier rastro de mi identidad,
toda la vida seré asociada a una noticia
y un tirador,
entrevistas y miradas indiscretas
sólo otro número en una noticia amarillista.
¿Cómo caminar por estos pasillos
sin que se hagan cada vez más largos?
Existo en un mar de mochilas transparentes
y detectores de metal,
asambleas, un mar de velas,
2 caras que nunca regresarán,
la campana suena y es hora de regresar al mundo real
no puedo seguir haciendo esto.
Pasarán 2 meses antes de las primeras lágrimas.
Tomo aire como si al fin despertara de una pesadilla,
estoy de nuevo barricada en el salón
rezando por volver a ver la luz del día
rondas de balas y una negra gabardina,
mi amiga cae al suelo mientras corremos
nunca se volverá a levantar.
Caigo al suelo y grito de dolor,
grito como si estuviera pasando de nuevo
«tú no puedes acompañarme,
tú te has ido,
¡ya no estás!»
soy un hoyo negro que se ha abierto
y absorbe todo a su alrededor,
debería haber sido yo.
Debería haber sido yo.
Esto no ha terminado,
esto no tiene un final,
esto me perseguirá toda la vida
¿no es cierto?
El mundo se negará a escuchar, lo sé.
Viviremos en una página de Wikipedia
otro tiroteo escolar
el último hasta que alguien llegue
y en dos minutos arruine cien vidas
como arruinó la mía.
Y culparán a los videojuegos,
a la televisión, a que nadie intentó ser amigo del tirador
a la mala seguridad, a la policía,
a las víctimas por ponerse en su camino,
nadie nunca podrá quitarles sus preciosas armas
las semillas de odio
que con tanto gusto plantan,
siempre habrá un dedo con qué señalar
sin necesidad de verse al espejo
una nueva noticia en la televisión
por la cuál orar
y un nuevo día por el cuál temer.
Una nueva mañana que ninguna
de esas vidas perdidas
llegará a ver.