STAFF/Paola Mendoza – @paolamendozardgz
Como es costumbre, cada 2 de noviembre el Panteón Municipal se llena de familias dispuestas a celebrar a sus seres queridos que se no han adelantado.
Tal es el caso de la señora Hortensia García, una ama de casa de 69 años de edad que cada año visita a su madre, la señora Guadalupe Alfaro.
Hortensia se levanta temprano para venir a ver a su madre. El camino se lo sabe de memoria: cerca de la pila principal a mano derecha, en la calle D4.
En una tumba muy modesta, en piso y con tierra, la señora Hortensia se dispone a limpiar y comenzar hacer los arreglos correspondientes.
Ella viene sola a ver a su madre, por lo que consigue que unos muchachos que le ayuden con los arreglos. Después le reza y le canta.
«Aunque yo recuerdo a mi mamá siempre pero hoy es un día especial, es un gusto y tristeza venir aquí, pero es una costumbre que hemos tenido siempre».
Pero esto no es solo una tradición, para la señora Hortensia existe una conexión entre su madre y ella, un vínculo que es irrompible.
«Yo vengo y siento como que ella sabe que estoy aquí, la siento en mi corazón, la siento porque siempre está conmigo.”