STAFF / Marcio Hernández
El no soltar una idea colectiva que surgió de un grupo de amigos del Tecnológico de Morelia convirtió a Luis Fernando Mendoza Pintor en uno de los jóvenes emprendedores más destacados de Michoacán.
Camino que no fue fácil…
“Ver la entrada de dinero a mis 21 años fue como mi alucín y descuidé mi negocio” manifestó al recordar sus inicios en la capital michoacana donde con sus compañeros revendía donas de Aurrerá y después tuvo la idea de hacerlas él mismo, lo que era más redituable.
Su corta edad provocó que “el monstruo de Morelia” se lo comiera, sin otra opción fue obligado a regresar a Zacapu donde retomó el camino desde cero, pero con la ventaja del apoyo familiar.
“Inicié en la cochera de mis padres, paradójicamente llegué aquí y ellos me cobijaron” nos confesó.
Después del duro aprendizaje y buscar ese sueño, ahora es un empresario michoacano que además de dar empleo a varias personas de su municipio, da grandes satisfacciones a sus clientes por la gran variedad de sabores de sus productos gastronómicos que enamoran a simple vista.
Don Appetite es un lugar donde puedes sentir la calidez y el sabor de Michoacán cuando acompañas una dona con un delicioso café de la más alta calidad, por tal motivo la empresa que inició con una idea universitaria, va por consolidar tres sucursales en Zacapu, próximamente buscará Morelia y de allí las grandes capitales del país.
“Puedes ser talentoso, pero si no tienes persistencia no puedes lograr tu objetivo” es el consejo de Luis Fernando a todos aquellos que quieren emprender un negocio.
