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La esposa del expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Beatriz Gutiérrez Müller se había mantenido al margen de los temas de interés nacional e internacional tras la salida de su esposo del poder.
Sin embargo, ha decidido manifestar su pensar sobre el empresario Elon Musk quien no solo se volvió tendencia tras hacer un polémico saludo, sino que además parece apoyar de manera incondicional cada una de las acciones de Donald Trump, en especial las relacionadas contra México.
Hasta el momento, la académica se había enfocado en publicar cosas relacionadas con la naturaleza o de índole religioso; no obstante, ahora ha considerado a la red social X, una tipo autoritaria, usando una peculiar caricatura que combina a Musk y al gobierno de Adolfo Hitler.
Así. Así de claro. pic.twitter.com/v1O8u3BMDS
— Beatriz Gutiérrez Müller (@BeatrizGMuller) January 23, 2025
Con un mensaje muy corto, Gutiérrez Müller retomó la actividad en X el pasado jueves 23 de enero, siendo hasta el momento su primera publicación tras la investidura de Claudia Sheinbaum Pardo como presidenta de México. Antes de ello, solo reposteaba noticias y acciones del actual gobierno federal.
La imagen que acompañó dicho mensaje no es más que el logo de X con el saludo nazi en un costado, mismo que Elon Musk realizó durante el primer evento público de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.
Cabe destacar que la escritora no recibió comentarios a dicha publicación debido a que en su cuenta desactivó los comentarios; sin embargo, la publicación cuenta con más de cuatro mil ‘likes’.
Mientras se llevaba a cabo un mitin en Capital One Arena, el empresario y ahora encargado del departamento de eficiencia gubernamental de Donald Trump, saludó a sus seguidores con un gesto que comenzó con un golpe en el pecho hecho con la mano derecha, misma que terminó por extender, simulando así el saludo nazi o también llamado romano.
De manera inmediata, la acción generó polémica, pues el dueño de Tesla y Space X fue calificado de fascista, llevando con ello a que la Policía alemana abra una investigación.
Este gesto está estrechamente vinculado con crímenes de guerra, políticas genocidas y violaciones a los derechos humanos cometidas durante la Segunda Guerra Mundial, lo que lo convierte en un símbolo ofensivo y de odio.
En muchos países, como Alemania, está explícitamente prohibido por la ley, y su uso puede ser penalizado con multas o cárcel, bajo el argumento de incitar al odio, la violencia o la apología del nazismo. La prohibición busca evitar la promoción de ideologías totalitarias y proteger la convivencia democrática.