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Como un acto «deplorable», fue como el Papa Francisco calificó la práctica de la gestación subrogada, misma que le pidió a la comunidad internacional, prohibir.
En un discurso de política exterior, el Pontífice aprovechó para señalar que con la alquilación de vientres se «comercializa» el embarazo, lo que representa una amenaza para la paz global y la dignidad humana.
«Considero deplorable la práctica de la llamada maternidad subrogada, que ofende gravemente la dignidad de la mujer y del niño y se basa en la explotación de la situación de necesidad material de la madre», apuntó.
En el mismo discurso, abordó la lista que, según él, son los males que afectan a la humanidad, como lo es la guerra de Rusia en Ucrania, el conflicto bélico entre Israel y Hamas, la crisis climática y migratoria, así como la producción inmoral de armas nucleares y las crecientes violaciones del derecho humanitario internacional.
En este punto, la doctrina oficial del Vaticano, se ha posicionado en contra de la interrupción del embarazo, bajo el argumento de la defensa del derecho a la vida.
Por lo anterior, Francisco recalcó que la vida del no nacido, debe protegerse y no ser «suprimida ni convertida en un producto comercial»:
«Un hijo es siempre un don y nuca el objeto contrario»
