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Fundidas en un abrazo, se tendieron la mano una a la otra, Verónica Huante y Nayeli Ocampo, empáticas por la lucha que cada una ha emprendido en contra de sus agresores donde compartieron su experiencia de lo difícil que es el camino para alcanzar la justicia, sin embargo, son sabedoras de que sus luchas pueden ser ejemplo para que las mujeres no callen sobre los abusos que sufrieron o que actualmente padecen.
Ambas coinciden en la importancia de la prevención del delito y la imperiosa necesidad de generar desde los colectivos feministas, así como de la sociedad en general, políticas públicas que permitan disminuir los casos de violencia que hoy parecen rebasar a las instituciones.
Nayeli Ocampo y Verónica Huante vislumbran una luz al final del túnel, sus luchas hoy son visibles gracias al apoyo de familias, colectivos y medios de comunicación, quienes parecen recobrar el camino que las lleve a salvaguardar sus derechos que les permitirán acceder a la justicia.
El caso de Nayeli Ocampo marca un precedente en Michoacán, al ser el primero que se juzga por amenazas, mientras que el de Verónica Huante, luego de un año, avanza en los tiempos que marcan las distintas fases del proceso judicial que hoy mantiene detenido a su agresor, un conocido periodista en la entidad.
Para Nayeli el camino no ha resultado fácil, su peregrinar inició hace 5 años cuando decidió separarse de Rafael “N”, padre de sus hijos, por la violencia física que éste ejercía, a quien no le pareció suficiente, y por medio de la aplicación de WhatsApp, envió múltiples amenazas de muerte, lo que la llevó a interponer una primer denuncia formal en el año 2018 en Delitos Cibernéticos, sin que obtuviera resultados satisfactorios.
Ante la gravedad de las amenazas a través de mensajes y llamadas telefónicas, en el año 2020 interpuso una denuncia ante la Fiscalía Regional y fue un año después cuando se judicializó a través de un Juicio Oral, en donde ya se otorgó un fallo condenatorio.
Sin embargo, la individualización de la pena que se esperaba fuera otorgada por el juez en la sala 25 ubicada en las inmediaciones del Centro de Rehabilitación, mejor conocido como Mil Cumbres, en la audiencia del día viernes 11 de agosto, no llegó ante la falta de prueba del daño psicológico provocado por el autor de las varias amenazas, que debió hacerse con peritos autorizados por la víctima y el acusado.
Lo anterior, luego de que la defensa de Rafael “N” expusiera que por el periodo vacacional le fue imposible localizar un psicólogo perito que pudiera dar testimonio del daño causado a la víctima, a pesar de que la víctima sí se sometió a las pruebas que la perito de la Fiscalía General del Estado le aplicó para determinarlo.
El juez había sido claro en audiencia anterior: debía hacerse a la par; por lo que señaló una nueva audiencia para el día 18 de agosto, a las 12:30 horas en la sala 16 en donde la perito Laura Martínez, adscrita a la FGE, dará testimonio de las pruebas aplicadas, así como de sus conclusiones, mientras la defensa, a través de una perito particular, podrá increpar lo dicho por la funcionaria estatal.
Nayeli Ocampo y Verónica Huante coincidieron en señalar que solamente las víctimas saben lo difícil que resulta alcanzar la justicia, y que, por ello, muchas mujeres deciden no denunciar, “que nuestras luchas sirvan de ejemplo para aquellas que no han hablado, para que vean que sí es posible hacer que nuestras instituciones actúen y manden ese mensaje contundente que, si cometes un delito, tu hecho no quedará impune”.
