Sinceramente que yo esperaba más de ti, Cocoa // By @ellycastillo

By: Elly Castillo

Sinceramente, yo sí esperaba más de Cocoa. Mucho más. Me decepcionó. Le había dado un voto de confianza a la candidata panista para que precisamente, se ganara mi voto en las urnas a partir del 2do debate. Pensé que cumpliría cabal, con su promesa de sacarle más cosas a Silvano. Que lo apretaría a tal punto de “asfixiarlo”, que nos terminaría de exhibir el supuesto lado oscuro del ex alcalde de Zitácuaro, ex secretario estatal de Desarrollo Rural, ex senador y diputado federal con licencia, mismo del cual dio un adelanto con Adela Micha con el caso de la media hermana capturada con 25 kilos de droga, por la cual él mismo intercedió.

Pero no. El “armamento” cocoísta resultó puro petardo, estruendoso, sí, pero nada más. Lo suficiente como para hacer creer a no pocos que ella ganó el debate. Así como mucha gente considera que fue totalmente injusto el triunfo de Mayweather sobre Pacquiao. Lo cierto es que por más trancazos que la panista tiró, no logró asestar uno directo, bien colocado, el nocaut que necesitaba para reposicionarse en las preferencias electorales.

A Luisa no se le deja de reconocer que fue la que le dio «sazón» al debate. De hecho sino hubiera sido por ella, aquello habría sido la aburrición total. Le metió «picor», abrió el juego, repartió cartas, pero de eso no se trataba este debate. Eso lo debió hacer más en el primero, donde se limitó a acusar sin probar. Ahora sí brindó algunas pruebas pero otra vez, nada tangible, nada dedicado a la audiencia, sólo copias en hojas y cd´s para la prensa de sus señalamientos contra Silvano. Pero nada contundente, nada definitivo o definitorio. Nada que vaya a ser portada o acaparar la discusión. Por el contrario, se le puede revertir luego de que ya se le rajara su «testigo estrella», Wendy Macias, quien supuestamente le brindó las pruebas contundentes de fraudes de tractores orquestados por Aureoles Conejo en el interior del estado, pero que ya salió a desmentir tal colaboración con la abanderada albiazul.

Y digo todo esto lamentándolo. Tengo la duda si en verdad la artillería de la Maestra en Investigación Etnográfica, Teoría Antropológica y Relaciones Interculturales, de la Universidad Iberoamericana no era “tan pesada” como lo había amenazado, o si bien, al último prefirió guardarse “cosas”, por esas «cosas» que tiene la vida política y sus propias conveniencias.

Luisa María centró sus ataques contra Silvano. Sus principales “bombas” las dirigió al perredista que por esas benditas cosas del destino, en el sorteo del acomodo de cada candidato quedaron uno al lado del otro, como pa’ decirse las cosas de frente, casi, casi que al chile pero no quiero sonar lépero, y por eso las condiciones estaban dadas para ver a la Cocoa que nunca llegó.

De entre una chistera que podía contener pistas aéreas, caballos pura raza, la deuda municipal de Zitácuaro y sus cuentas públicas, el paso por la Sedagru, la colaboración peñanietera en las reformas, y las otras -y verdaderas- «extrañas» conexiones de familiares del primer círculo, de entre todo eso, Cocoa salió con lo que pretendió ser un «tractorazo», además acompañado con pruebas malogradas.

Y para no verse mal y taparle un ojo al macho, le dio algunos llegues al del Tricolor reciclando lo de un padrón federal de productores beneficiarios del cual se sirvió con cuchara grande por cierto, pero que había salido a principios de campaña, y así amainar los rumores y las versiones periodísticas que apuntaban una alianza con Chon Orihuela, (porque Cocoa prefiere que gane él y no Silvano), la cual por momentos parecía así concretarse, pues el priista se dedicó a nadar de a muertito, a ver los trancazos a la distancia, sin soltar sus hojitas (¿qué haría Chon sin sus hojitas?), y responder de vez en cuando a uno que otro ataque de Manuel Antúnez.

El candidato del Movimiento Ciudadano fue el que le echó más creatividad a su participación sacando “chistosadas” como la calculadora de regalo para que Silvano saque cuentas mientras viaja en helicóptero, o la foto junto a Peña Nieto para decirle que era “el candidato de Los Pinos”, y cuando abrió su participación diciendo -como en el 1er debate- que estaba “hasta la madre” de los clásicos políticos, lo cual ya sonó por cierto muy forzado, sin la espontaneidad del primero que le valió un regaño de la moderadora que en esta ocasión fue moderador, el periodista Carlos Monge, cuya conducción si bien fue atinada, no ayudó ni contribuyó a hacer del debate un acto más llamativo, atractivo y no tan aburrido, con un formato soso, pasadísismo de moda, anacrónico, pero que se acopla a la actitud y el perfil de los candidatos, quienes en su mayoría leían sin mostrar capacidad de improvisación, salvo los casos de Silvano y Cocoa.

María de la Luz Núñez de Morena, todavía tuvo el descaro de decir que ella se “aburrió” por momentos durante el debate! Lo declaró en la entrevista al final del evento, y Silvano dijo palabras similares. Ambos se “aburrieron” por el nivel con el que ellos mismos debatieron. Y si estos señores y señoras se aburrieron siendo los protagonistas de un triste show, ¿imaginen a quiénes los tuvimos que ver y escuchar? Sobre todo al candidato Gerardo Dueñas del Partido Humanista, cuya simpatía se equipara a la de cualquier tronco del bosque Cuahutémoc con discursos que a los 20 segundos llevan a la mente a una sensación de sueño.

Al final, el 2do debate de los candidatos a gobernar Michoacán, no ayudó a cambiar mi confusión de seleccionar a uno de los seis, alimentando mi intensión de anular mi voto (sí, ya sé que eso es cuestionable pero eso es tema de otra columna).

Pero lo que tengo claro es que de aquella Cocoa, esa mujer valiente que fue la primera política en denunciar que algo estaba muy podrido en Michoacán, en decir las cosas por su nombre y empezar a revelar las narcoconexiones, la misma que perdió por apenas 42 mil votos en la elección pasada. No queda mucho, tal vez no queda nada.

Ayer Luisa María debió dar la pelea de su vida, la batalla del siglo, el debate de su existencia política, pero ya no pudo. O ya no quiso. O ya no le alcanzó. Como a Pacquiao. Mientras Silvano, como Mayweather, respondió cuando tenía que hacerlo, esta vez no rehuyó a los señalamientos directos, le entró al “cuerpo a cuerpo”, le metió algún “ganchillo” a Calderón con un “apláquese” que por ahí sonó medio machista,  y eso le bastó al menos para no perder el debate, que era lo mínimo que requería para seguir, primero en las preferencias electorales (que no es lo mismo que encuestas), y eso lo sabemos Chon, Cocoa, el propio Silvano, y aquellos que vemos entre líneas a esta batalla electoral que entra a partir de hoy en su recta final.

¿Lo que sigue? Más guerra sucia, tal vez la presentación de algunos videos mientras la batalla va quedando entre dos y una tercero a la distancia tratando de “bajar” al primero. Digamos que, al estilo de la lucha libre, en una batalla campal de seis donde está en juego máscara vs cabellera, y el campeonato estatal, ya tenemos a los dos que pasaron a la final.

Cosas que ahí están pero a nadie le interesan…

En las elecciones pasadas en las cuales ganó Fausto Vallejo, se dice que faltando 15 días para el día de las votaciones, Silvano Aureoles sabía ya que estaba condenado al 3er lugar y no había forma de repuntar. Entonces, buena parte de su equipo negoció la derrota a cargo de quien a final de cuentas resultaría el vencedor. Ahora el mismo escenario parece repetirse con casi mismo tiempo de antelación, sólo que ahora el acomodo de las fichas es diferente, pero el final probablemente otra vez, será de película. Ojalá Dios quiera, que esta vez no sea otra más de terror.

TRUCHAS:

Silvano evitará a partir de hoy todo contacto “incómodo” con sus rivales. Por ello no asiste al foro empresarial de esta mañana, ni asistió al organizado por estudiantes en días pasados. Lujos peligrosos que el primer lugar se puede dar, o se debe dar, para evitar estar a tiro de piedra de los demás. Pero debe tener cuidado de un enfrenón repentino, sobre todo porque el segundo lugar viene muy pegadito, atrás, atrasito y en menos de 17 días todo puede pasar…

Pd.-

Casi pasa desapercibido el asesinato del candidato de Yurécuaro a la alcaldía por Morena, Enrique Hernández. Imperdonable que los demás candidatos no dijeran nada al respecto, como si eso hubiera pasado en otro Michoacán distinto al cual aspiran gobernar. Un minuto de silencio utilizado por la candidata a la gobernatura, María de la Luz Nuñez, fue sin embargo, un gran y significativo gesto, hubiera sido mejor que lo hubiera hecho al principio.

Pd2.-

Cuando las campañas arrancaron aquel 5 de abril, Cocoa Calderón lideraba las preferencias. Era la #1 y ahora se hunde en el 3ro ¿Qué carajos le pasó? Paradójicamente, se lopezobradorizó.

Changoonga.com no necesariamente adopta como suyos los choros publicados en ella y deja en sus respectivos autores la responsabilidad de todos los pensamientos que aquí plasman, producto de las ardillas hiperactivas que habitan en sus cabecitas. Si te gusta, ¡dale like/ rt y comparte!

¿Tienes ideas y/o algo qué decir? Manda tu texto a columnachangoonga@gmail.com