STAFF/ Eliza Flores @eliz_ffp
El achoque es famoso y nace en la Riviera del Lago de Pátzcuaro, porque se cree que tiene propiedades curativas, por lo que, las monjas Dominicas preparan un jarabe para la tos, siendo su principal ingrediente este anfibio que se encuentra en peligro de extinción, en Michoacán.
Las religiosas y biólogos han construido refugios de preservación para la reproducción de los achoques en el estado.
No obstante, para que el achoque michoacano no desaparezca, las autoridades federal, estatal y municipios, deben ejecutar un proyecto para rescatar el lago, es decir, especialistas en ciencias y biología deben ejecutar acciones ambientales para la regeneración de esta zona lacustre, también es necesaria la participación de los patzcuarenses para lograrlo.
El biólogo Francisco Javier Sánchez García reveló en entrevista para Changoonga.com, que los “achoques” están en peligro de extinción por cuatro factores, el principal se deriva de los residuos que se vierten por los drenajes, ya que aún hay municipios aledaños que no tratan sus aguas negras. Otros de los factores es el desecho de residuos sólidos y plásticos, el calentamiento global y la introducción de especies exóticas al Lago de Pátzcuaro.
«Para salvar al achoque se tendría que hacer un proyecto integral, reproducir la especie en cautiverio y después liberarla, pero el Lago no cuenta con los requerimientos específicos para la especie, se han detectado químicos en el lago, se tiene que evitar que se viertan los drenajes y el calentamiento global también impacta», explicó el biólogo.
Los achoques viven en el fondo del lago, pero la contaminación del cuerpo de agua los enferma, y las carpas que se introdujeron al lago de forma arbitraria, se comen a sus huevecillos o a las crías más pequeñas, lo que ha impactado de forma negativa en la reproducción del anfibio.
«Son muy sensibles, tienen una piel desnuda, son propensos a la proliferación de hongos y bacterias y enfermedades cutáneas», destacó Sánchez García.
Los choques son anfibios 100% michoacano y endémico del lago de Pátzcuaro, su nombre proviene del p’urhépecha, el término achójki, proviene del vocablo ach-o, que significa lodo, cieno o renacuajo e itsï, que significa agua.
