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El pasado 14 de enero, la organización civil “reinserta” dio a conocer que el cuerpo de un bebé de tres meses de edad fue encontrado sin vida en un contenedor de basura en el Centro de Reinserción Social (Cereso) San Miguel, en Puebla, presuntamente había sido asesinado en el complejo.
Los presuntos padres del bebé relacionaron al menor encontrado con su hijo recién fallecido, pues contaba con un brazalete con los apellidos de su difunto pequeño. Se trata de Tadeo, un niño nacido el pasado 4 de octubre del 2021.
Desde el día de su nacimiento estuvo internado en el Hospital Pediátrico de Iztacalco, pues nació con problemas en los intestinos, lo que lo llevó a tener seis cirugías, finalmente, Tadeo falleció el pasado 5 de enero del 2022 por un colapso pulmonar.
En un principio, se creía que las cicatrices quirúrgicas que presentaba el cadáver del menor se debían a que fue utilizado como “Mula” para ingresar droga al penal, así como que había sido robado probablemente de un hospital, pero ha sido confirmado que dichas marcas son de los procedimientos médicos que enfrentó en vida y que falleció en el nosocomio, siendo enterrado en un panteón de Iztapalapa un día después de su muerte.
En redes sociales ha circulado una foto del acta de defunción de Tadeo, en la que los apellidos coinciden con los apellidos que tiene grabados su brazalete.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México dio a conocer que ya se investiga la exhumación de un cuerpo de bebé que se encontraba enterrado en un cementerio de Iztapalapa. La dependencia señaló que se recibió una denuncia por parte del administrador del panteón e informó que una mujer solicitó que se excavara la tumba de su bebé recién sepultado y no se encontraron los restos.