STAFF/ Eliza Flores @eliz_ffp
A la entrada del jardín de Multicentro se puede obtener una copa de vino para degustar de todos los vinos y cócteles que se vendieron en la cuarta edición del Festival Queso, Pan y Vino» de Morelia, fueron cerca de seis mil asistentes, quienes se dieron la oportunidad de probar de todo tipo de productos, para darle gusto a la tripa.
«Este festival se hizo para reactivar la economía del sector privado, no tuvimos apoyo económico de ninguna autoridad, esto no es una exposición, porque aquí puedes comprar tu vino, tomártelo, hay área gastronómica, y otra área especial para disfrutar de toda la experiencia», explicó Liz Valencia, una de las organizadoras de este evento gastronómico.
Pruebas de quesos ahumados sabor a roble se reparten a todos los que se acercan a «Quesos Brito», uno de los primeros stands que encontrarás al pasar los arreglos de flores que te reciben al llegar a al primer «Festival Queso, Pan Y Vino» que se organiza tras sufrir las olas de la pandemia, los quesos Brito tienen fuertes tintas a maderas y humos que quedan en ellos producto de sus procesos de elaboración. La gente que para a degustar sin dudarlo saca dinero de sus bolsillos para llevar a sus mesas tan deliciosos productos. El señor Brito vendió más de 500 quesos está edición de tan grande fiesta gastronómica.
La realidad superó a la expectativa, llegó más gente de la esperada, pero la organización estuvo a la altura, en ningún momento se perdió el protocolo de seguridad sanitaria que se instaló a la entrada del evento, este evento ayuda a las pequeñas economías de los productores de Morelia, otros municipios michoacanos y hasta de otros estados.
«Nosotros estamos reactivando la economía como privados y particulares, queremos en los próximos festivales acercarnos a las autoridades para que den un apoyo que vaya directo a los expositores», resaltó en entrevista la organizadora.
El ambiente del festival cuando bajó el sol te envuelve en una experiencia bohemia, de fondo se escucha a un saxofonista, que arrastra las notas para relajar a todos los presentes, el bullicio casi ha desaparecido, las personas hablan en tonos más bajos y muchos se han ido al frente del escenario para disfrutar de las actividades culturales, con sus botellas de vino y tablas de quesos y pan disfrutan de una de las primeras tardes frías que se viven en Morelia.
Los asadores siguen humeando, el olor y sonido del carbón crujiendo te invitan a comer de todo lo que se vende bajo las carpas del festival, picadas, arracheras, camarones gigantes, pavo y hasta salchichas argentinas se pueden adquirir para calmar el hambre, todos los locales tienen muchos tipos de salsas, para poder darle gusto a todos los asistentes.
Los vinos tintos, cervezas, licores de frutas, un tequila rosan y el mezcal no podían faltar, expositores de vinos viajaron de diversas partes del país para dar a conocer sus productos a los morelianos que tienen la oportunidad de ir a gastar dinero a este tipo de eventos.
El festival que se realizó cerca de las faldas de la Loma de Santa María recibió a más de seis mil personas en dos días, más de dos mil panes de vendieron entre todos los expositores que asistieron, pan de centeno, de masa madre, conchas de atole de chaqueta y alfajores sin gluten fueron algunos de los panes más exitosos del evento.
A las siete de la noche muchos de los expositores ya estaban con pocos productos, sus ventas fueron un éxito, unos pocos no corrieron con tanta suerte, pero en su mayoría los vendedores terminaron con sus productos, las canastas de pan ya están vacías, para el mes de diciembre o en los primeros meses del 2022 puede ser que los morelianos y productores se encuentren en otro evento.
«Para diciembre queremos cerrar con una mezcaliza, ya el martes empezaremos a hacer difusión, para febrero tenemos el Royal Cheff«, pronosticó Liz Valencia.
