STAFF / Alejandra Hernández-@AleSolAleLuna
Las y los comerciantes en las inmediaciones de la Plaza Carrillo de Morelia acusaron que por más de cuatro años la plaza se encuentra secuestrada por los indigentes, quienes convirtieron el sitio en un baño público y en su campamento.
En un recorrido changoonguero, se constató lo que los quejosos señalaron, quienes denunciaron el campamento instalado en dicha plaza por los indigentes, el cual, aunque fue retirado por elementos de la Policía Municipal, estos no abandonan nunca el lugar.
Los locatarios se quejan de que esta plaza es propiedad del alrededor de 10 indigentes de distintas edades y no del municipio, quienes, tras adueñarse de esta y la convirtieron en un cochinero, lo que genera la molestia de comerciantes, clientes y transeúntes que pasan diario por aquí.
“Si afecta mucho que estén aquí porque se hacen del baño en la plaza y luego llegan oliendo feo, se hacen encima de ellos mismos del baño, o en la noche hacen en las bancas y la gente prefiere irse a otro lado”, señaló el joven Ricardo N., quien trabaja en una tienda frente a la plaza.
Además señaló que los indigentes siempre traen botes y botellas, así como cosas que colectan de la basura, sin embargo, el basurero lo tienen que recoger los ciudadanos trabajadores, ante la falta de respuesta del Ayuntamiento sobre esta problemática.
Sin embargo, este no es el único problema que generan los indigentes, además del mal olor y mala presentación del espacio público, los comerciantes acusaron que los indigentes generan inseguridad ya que, sin importar quien sea, se ponen agresivos a la mínima provocación.
“No se les puede decir nada porque se ponen agresivos de la nada, unos vienen y piden que le des dinero para el alcohol y si no les das se enojan y empiezan a insultar”, señaló sobre los pleitos con ellos el señor Julio N., quien es bolero en esta plaza.
El ciudadano Julio señaló que una vez le tocó presenciar un pleito entre dos indigentes y un joven, quienes se agarraron a golpes porque el joven se les quedó viendo, sin embargo, logró zafarse.
“Se le pusieron al brinco la otra vez a un chavo se lo bajaron y lo agarraron entre dos y el chavo mejor se defendió pero terminó por correr. Nosotros estamos aquí y no les decimos nada por miedo a que ellos nos hagan algo”, acotó.
Finalmente, señaló que no hay manera de cómo quitarlos, ya que por más que se le llame a la patrulla, estos sólo vienen y los ahuyentan pero nunca se los llevan por más desastre que hagan, sin contar que el ayuntamiento actual no ha atendido la situación.
“Nosotros trabajamos aquí cerca pero no hay manera de cómo quitarlos, la patrulla nunca se los lleva, sólo los quitan pero al cabo de pocas horas vuelven otra vez”, finalizó uno de los ciudadanos inconformes que no quiso dar su nombre por temor a represalias.